El Concejo Deliberante de la ciudad modificó la ordenanza 2589/2023, que dejó afuera la posibilidad de subdividir predios en la zona rural.
Hasta el momento, el lote mínimo era de seis hectáreas, lo que es propio de la configuración de la ciudad, establecida en parcelas de 16 hectáreas cada una.
Colonia Caroya es una gran cuadrícula que está dividida en manzanas en la zona urbana, pero en lotes más grandes en el sector rural.
Pero con el correr de los años, se acumulan algunos pedidos para poder establecer particiones más pequeñas, sobre todo cuando se dan procesos hereditarios. En muchos casos, se construyeron varias viviendas en lotes de la zona rural sin contar con esta regulación.
Es por eso que el Consejo de Planificación Estratégica, que tiene a su cargo la proyección de la ciudad, hizo este pedido especial al Legislativo.
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Los concejales debatieron el tema y aprobaron la iniciativa por unanimidad, dado que era necesario adaptar el esquema normativo a la realidad.
La titular del Concejo Deliberante, Eliana De Buck, explicó que este cambio “reincorpora un artículo” que surgió en el año 2013, pero que fue omitido desde 2023.
“Todos conocemos que la subdivisión mínima en Colonia Caroya son seis hectáreas. Esto permite una subdivisión menor, en base a una serie de requisitos, mediado a través de sentencia judicial”, expresó la edil.
Esto incluirá una delineación de las posibles calles que podrían surgir de estas particiones para evitar construcciones en espacios que pasarían a ser de uso público.
Se vienen los edificios
Cabe destacar que hace un par de meses, el Concejo Deliberante ya había autorizado la construcción en altura en la zona urbana, siempre con el requisito de que previamente debía pasar por allí la red de cloacas, que está en pleno desarrollo.
Al respecto, la intendenta Paola Nanini dijo que las decisiones que se toman “son a futuro”, lo que no quiere decir que se autoricen construcciones de varios pisos si no se cumplen todas las condiciones.
En cuanto a la zona rural, quieren seguir manteniendo “el espíritu” que es parte de la idiosincrasia caroyense, pero algunas situaciones particulares que se vienen dando con los procesos hereditarios deben tenerse en cuenta.
“Que nosotros lo neguemos no quiere decir que no pase”, subrayó la mandataria municipal.
Nanini afirmó que “el Estado no puede mirar para otro lado” y por eso es importante anticiparse y llegar a acuerdos a través del diálogo.
