Un grave incidente sacudió al Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo, a pocos kilómetros de Rosario, cuando una bebé recién nacida, sufrió quemaduras de segundo grado en su pierna derecha durante una cesárea programada el pasado lunes 21 de abril.
Según el relato de la madre, Diana, el personal médico olvidó un electrobisturí encendido sobre sus piernas tras extraer a la niña, quien fue colocada sobre ellas debido a dos vueltas de cordón umbilical en su cuello.
El relato de su mamá
“En ese momento se empieza a sentir olor a carne quemada. Se habían olvidado el electrobisturí prendido, lo que le quemó totalmente la piernita a ella apenas había nacido”, denunció Diana en Radio Dos.
La bebé, con apenas horas de vida, fue trasladada de urgencia a la Maternidad Martín de Rosario, donde fue sometida a dos cirugías con anestesia total: una “toilette quirúrgica” para limpiar la herida y otra el miércoles 23 de abril para colocarle un injerto biológico.
Actualmente, Cloé permanece internada, sedada, con respiración asistida y alimentada por sonda. Los médicos advirtieron que la quemadura, que abarca desde la mitad superior hasta la parte inferior de la pierna, podría dejar secuelas en su movilidad, ya que la piel podría quedar tensa.
“Están evaluando más injertos y rehabilitación. No sabemos cuántos días estará internada ni qué secuelas tendrá”, lamentó la madre, quien también sufrió quemaduras leves y fue dada de alta el jueves.
“Accidente intrahospitalario”
El director del hospital, Eduardo Ros, calificó el hecho como un “accidente intrahospitalario” y aseguró que el equipo médico, liderado por un profesional con más de 30 años de experiencia, está “consternado”.
“En 28 años y más de 8 mil cesáreas, jamás había ocurrido algo similar. No fue intencional, pero entendemos el impacto en la familia”, declaró a La Capital. Sin embargo, evitó pronunciarse sobre una posible mala praxis, dejando esa determinación al área jurídica del Ministerio de Salud de Santa Fe, que ya inició una investigación administrativa para esclarecer responsabilidades.
La familia, sumida en una “crisis de llanto y terror” al conocer la gravedad de las lesiones, exige justicia y respuestas.