En el mundo de la moda, el bolso cruzado o crossbody ganó popularidad hace más de 20 años. A primera vista puede parecer simplemente una elección estética, pero según expertos en psicología y lenguaje corporal llevar el bolso de esta manera puede ser un reflejo de la forma de ser de la persona que lo carga.
Llevar el bolso cruzado no es sólo una tendencia de moda, sino también una manifestación de la personalidad y de la forma en que los individuos se relacionan con el mundo. Al observar a quienes eligen y usan este estilo se puede entender y conocer sobre sus prioridades y su forma de ser en la vida social y en el entorno.
El bolso cruzado como protección
Según expertos en lenguaje corporal, el acto de cruzarse un bolso puede funcionar como un mecanismo de defensa. Esta postura actúa como una barrera física entre la persona y su entorno, ofreciendo una sensación de protección. Las personas que optan por este estilo suelen buscar establecer límites personales, lo que puede ser indicativo de una personalidad reservada o incluso defensiva en situaciones sociales.
Además, los expertos señalan que el bolso cruzado puede simbolizar la necesidad de seguridad y protección. Al llevarlo de esta forma, las personas sienten que están creando un espacio personal que les ayuda a evitar el contacto no deseado. Este comportamiento es especialmente evidente en contextos sociales donde la cercanía física puede resultar incómoda.
La personalidad de quien usa el bolso cruzado
Más allá de la búsqueda de protección, el bolso cruzado también es un signo de independencia y practicidad. Los que prefieren este estilo tienden a priorizar la funcionalidad del accesorio sobre la estética. Suelen ser personas organizadas y directas, que se enfocan en sus objetivos sin dejarse llevar por las normas estéticas convencionales. Esta actitud despreocupada hacia las apariencias sugiere una personalidad auténtica y sincera.
El bolso cruzado se adapta a diferentes contextos: puede ser formal o informal dependiendo del diseño y de cómo se combine con el atuendo. Esta versatilidad lo convierte en el favorito de quienes valoran tanto la moda como la funcionalidad, además de revelar un aspecto de la personalidad de adaptabilidad al contexto.
Los accesorios comunican aspectos identitarios y emocionales
Según el sociólogo Erving Goffman, la forma en que se presentan las personas en público, incluyendo los accesorios como los bolsos, puede comunicar aspectos de su identidad y estado emocional. Por tanto, llevar el bolso cruzado puede influir en cómo los demás los perciben.
Además, por su parte el sociólogo Jean Claude Kaufmann expresó: “el bolso ayuda a afrontar los eventos de la vida y se convierte en el protector de nuestras memorias más íntimas”. Por lo que los demás pueden conocer más tan solo por llevar de una forma u otra complementos como el bolso.
