Despertarse varias veces durante la madrugada no es solo una molestia, también puede ser un signo de que algo no está bien con la salud física o mental.
Mayo Clinic, una organización sin fines de lucro dedicada a la práctica de la medicina, la educación y la investigación, señala que este fenómeno, conocido como insomnio intermitente, suele intensificarse en períodos de alto estrés.
Los especialistas advierten que, si tras despertarte cuesta volver a conciliar el sueño y el problema se repite con frecuencia, lo mejor es acudir a un médico para identificar la causa y evitar complicaciones.
Estrés, depresión y otros factores que interrumpen el sueño
La psicología y la medicina coinciden en que las causas más comunes de los despertares nocturnos incluyen:
- Estrés y ansiedad: alteran el sistema nervioso y dificultan mantener un sueño profundo.
- Depresión: según Johns Hopkins Medicine, las personas con insomnio tienen hasta 10 veces más riesgo de desarrollar depresión, y el 75% de quienes padecen este trastorno tienen problemas para dormir.
- Uso excesivo de redes sociales: la exposición a pantallas antes de dormir reduce la producción de melatonina, la hormona que regula el descanso.
- Problemas digestivos y malos hábitos alimenticios: como el reflujo, que interfiere en la calidad del sueño.
Lo que dice la ciencia sobre la falta de descanso
Un estudio publicado en Health Data Science analizó a 88.461 adultos y halló que dormir mal podría estar vinculado a hasta 172 enfermedades distintas.
La Fundación del Sueño de Estados Unidos explica que los adultos pueden despertarse brevemente hasta dos veces por noche sin recordarlo, pero cuando estos episodios son prolongados o frecuentes, pueden generar irritabilidad, problemas de concentración, fatiga y confusión mental.
Cuándo buscar ayuda médica
La médica internista Daniela Silva recomienda consultar con un profesional si estos despertares dificultan el retorno al sueño. Un diagnóstico temprano puede prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida.
Mientras tanto, los expertos sugieren mantener una higiene del sueño adecuada, que incluye horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir, controlar la alimentación nocturna y crear un ambiente propicio para el descanso.