El tema del bullying siempre reaparece como recurrente cuando en la escuela algún alumno es foco de acoso o violencia por parte de uno o más pares. La última noticia al respecto hace referencia a un padre que descubrió que su hijo le hacía bullying a un compañero por sus zapatillas.
Sin embargo, muchas veces los padres y las autoridades suelen naturalizar este fenómeno como “cosas de chicos” y restarle importancia. Aunque este comportamiento puede causar enormes daños emocionales y psicológicos en la víctima.
Qué es el bullying y por qué es un término que sólo se refiere al ámbito escolar
Bullying es el más reciente de un conjunto de nombres que se le han dado a lo largo del tiempo al acoso, hostigamiento, abuso o maltrato escolar. Es decir, a las diversas formas de maltrato y persecución a las que a menudo se ven sometidos los niños y adolescentes dentro o alrededor de un contexto escolar. La palabra proviene del inglés bully, que significa abusador.
En qué consiste el bullying
El bullying o acoso escolar es la forma de comportarse o dirigirse a otra persona, ya sea de forma verbal o física, causando un daño temporal o permanente en la víctima. Constituye un tipo de hostigamiento reiterativo de una o más personas hacia sus semejantes, en el cual la víctima sufre de amenazas, intimidación, manipulación e inclusive agresiones físicas.
Es mejor hablar de acoso que de bullying
Según la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), se ha extendido el uso de bullying para referirse específicamente al acoso que se produce en el ámbito escolar, y mobbing para el que tiene lugar en el trabajo.
Estos anglicismos pueden sustituirse por el término acoso, acompañado por los adjetivos escolar o laboral, e incluso, en otros casos, moral, psicológico o sexual si se quiere especificar el ámbito de esa conducta y este no se deduce claramente del contexto.
También son alternativas válidas los términos intimidación y matonismo.
Siete de cada 10 chicos argentinos sufre bullying
Según la Unesco, uno de cada tres chicos son acosados o sienten que fueron víctimas de bullying. En Argentina, los datos son peores: siete de cada 10 niños y adolescentes aducen haber sentido bullying. En este caso se agrega el cyberbullying, el acoso realizado en redes sociales y juegos multijugadores online.
