Diferentes investigaciones ya determinaron que caminar 15 minutos al día o subir las escaleras en lugar del ascensor pueden tener un efecto positivo sustancial en el cerebro y contrarrestar potencialmente la pérdida de materia cerebral relacionada con la edad y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Pero realizar esta actividad después de comer también tiene muchos beneficios para la salud.
Según los expertos, caminar después de comer es un hábito seguro y sencillo que puede traer distintos beneficios para la salud.
Beneficios de caminar después de comer
- Ayuda a controlar los niveles de azúcar. Cumple una doble función para prevenir la diabetes tipo 2, ya que aumenta el consumo de glucosa por parte del organismo y estimula las fibras musculares, favoreciendo el transporte de azúcar al interior de las células.
- Mejorar la digestión. El movimiento corporal propio de la caminata estimula la función estomacal e intestinal, haciendo que los alimentos se muevan más rápido.
- Se pierde peso. El ejercicio regular, incluidas las caminatas después de comer, es fundamental para perder o controlar el peso corporal. Esto se debe a que ayuda a quemar más calorías de las que se ingieren (siempre y cuando se acompañe por una dieta saludable, otras formas de ejercicio y patrones de sueño regulares).
- Protege el corazón. Caminatas diarias de media hora se asocian a niveles bajos de presión arterial.
- Disminuye el estrés. Caminar estimula la producción de neurotransmisores llamados endorfinas (asociados a un mejor estado de ánimo).
- Cerebro saludable. Incrementa el volumen de la materia gris en el cerebro, mejora la memoria, la capacidad de prestar atención enfocada, o trabajar en varias tareas simultáneas.
¡Atención! Precauciones a tener en cuenta
Los especialistas recomiendan que la caminata después de almorzar o cenar sea de intensidad leve o moderada. Tampoco debe ser muy extensa, especialmente para quienes son sedentarios y recién comienzan a adoptar este hábito.
Las pautas recomendadas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHH) de Estados Unidos sugieren comenzar con caminatas diarias de 10 minutos, y, eventualmente, extenderlas hasta media hora.
Otro aspecto fundamental es elegir la ropa más adecuada para cada estación. En invierno campera, gorro y guantes, y en verano prendas livianas. El calzado debe ser el diseñado para caminar.
