Las frutas y verduras de estación son las más sabrosas y nutritivas. Sin embargo, no son muchas las personas que incorporan esa gran variedad en las preparaciones. Ciertas hortalizas, a decir verdad, permanecen en el olvido.
Los rabanitos, por caso, son una verdura que no goza de mucha popularidad. Pero son sabrosos, bajos en calorías, ricos en fibra y vitamina C. Por eso, resultan ideales para incorporarlos más en la dieta.
Por qué debemos incorporar más esta verdura en la dieta
Además de la vitamina C, los rabanitos contienen potasio y folato. Cinco rabanitos rojos de tamaño mediano (40 gramos) proveen 7 mg de vitamina C y tienen sólo 5 calorías. También aportan compuestos de azufre que pueden proteger al organismo contra el cáncer.
La vitamina C es antioxidante, por lo que previene numerosas dolencias, e interviene en la formación de glóbulos rojos y del colágeno que precisan huesos y tejidos.
Contienen salicilatos, compuestos similares al principio activo de la aspirina; potasio, necesario para la regeneración y transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular; y calcio, fósforo, hierro, magnesio y azufre, que le otorga su característico sabor picante.
Los rabanitos se consiguen en primavera y en otoño. Los de primavera tienen un sabor más suave.
Cómo preparar los rabanitos
Es característico su sabor ligeramente picante. Las hojas, al vapor o hervidas, también se comen en ensaladas tibias y tienen un ligero sabor a mostaza.
Los rábanos se consumen crudos, cocidos o encurtidos. En caldos de larga cocción aportan un dulzor muy característico. Cortados al medio y asados con aceite de oliva y sal hasta dorarlos, son un complemento perfecto de carnes.
Las diferentes variedades se pueden estofar, saltear, asar, cocer al vapor o hervir. A la hora de saltearlos, pueden ser picados, molidos, rebanados en rodajas y rayados, y hacerlos solos o acompañados de otras variedades de vegetales en frituras.
También se pueden asar. Para hacerlos al vapor se pueden colocar sobre una base de agua hirviendo y, a continuación, cubrirlos dejándolos de 5 a 15 minutos. Así preparados pueden añadirse a distintas sopas y guisos.
