El delito “mediato”, el que comete alguna persona con poder pero que “no está en el barro”, es el más difícil de probar. Pasa, muy seguido, con las causas sobre corrupción. ¿Alcanza con asignar culpa por responsabilidades funcionales o por estar, en una jerarquía, uno o varios peldaños arriba de quien delinque “en terreno”?
“Argentina 1985″, la película de Santiago Mitre que es candidata al Óscar, relata cómo se construyó la causa contra los comandantes de las Fuerzas Armadas para lograr sus condenas por los crímenes en la dictadura. En el filme, Peter Lanzani representa a quien era el fiscal adjunto, Luis Moreno Ocampo, y le dice al equipo joven que le toca liderar que el gran desafío que enfrentaban era cómo probar que los jefes militares que no habían estado en los campos de concentración ni en las salas de torturas ni habían empuñado un arma en un fusilamiento eran, como planificadores del exterminio, quienes tenían la mayor responsabilidad penal.
Este debate, puramente jurídico, es el mismo que se da en las acusaciones contra Cristina Kirchner.
Y es la discusión que aparece en la causa del Hospital Materno Neonatal de la ciudad de Córdoba respecto del rol que se le asigna penalmente al exministro de Salud provincial Diego Cardozo.
Está acusado por la omisión de deberes de funcionario público. Por no denunciar los casos a la Justicia. Pero la querella, representada por el abogado Carlos Nayi en nombre de tres de las cinco madres que perdieron hijos en el hospital supuestamente asesinados por la enfermera Brenda Agüero, solicitó que se agraven los cargos por “encubrimiento agravado”, la misma figura que tiene la exdirectora Liliana Asís, y al igual que ella, que el exministro sea detenido.
El fiscal Raúl Garzón tiene el pedido en la mesa, pero no avanzaría en esa dirección, al menos por el momento.
¿Qué diferencia a Cardozo de Asís? Por un lado, hay evidencias de que Asís conoce desde mucho antes del 7 de junio pasado. cuando dijo Cardozo que se enteró- y no hizo ninguna denuncia judicial. Asís, además, firmó los certificados de defunción de los bebés que fueron víctimas de Agüero como si se tratara de muertes de rutina, según investiga la causa. Y la exdirectora entregó un celular reseteado, en un acto que fue interpretado por el fiscal como ocultamiento y destrucción de evidencias.
Asís estaba muy cerca del lugar de los hechos, algo que no se puede probar con Cardozo, quien tenía a su cargo, como ministro, toda la salud pública provincial, en un momento en el que recién se salía del último brote pandémico, provocado por la variante Ómicron.
Las conversaciones entre Asís y Cardozo en la que puntean los casos -que surgieron de escuchas telefónicas, que luego se filtraron- ocurrieron después del 7 de junio.
Esta fecha es clave: en la guardia del 6 de junio murieron dos bebas y otros dos recién nacidos fueron atacados y se les pudo salvar la vida. Dos médicas de guardia hicieron las denuncias judiciales y se ordenaron las autopsias, que son las que probaron que hubo exceso de potasio en los cuerpos de las bebas muertas. Esta es la prueba científica más importante que tiene la causa contra Agüero.
Pero entre el 7 de junio y el 7 de julio, cuando un ingeniero abrió con su testimonio la investigación en la fiscalía de Garzón, la Justicia provincial hizo poco y nada y el Ministerio de Salud -ahí sí, por instrucción de Cardozo- abrió un sumario en el Neonatal, sin aportar ningún elemento a la fiscalía que estaba interviniendo.
Esta ventana temporal, en la que la primera fiscalía tomó las denuncias originarias sin ordenar allanamientos ni citar a nadie a declarar, y Salud separó a toda la guardia que trabajó el 6 -entre ellos, Agüero-, empezó a investigar por su cuenta y no compartió nada con la Justicia, es el agujero negro que aún tiene la causa.
¿Hubo un acuerdo político-judicial para mantener el tema bajo la alfombra? Es tan verosímil suponerlo como sospechar que Cardozo sabía desde mucho antes del 7 qué pasaba en el Neonatal y que, al menos, compartió la decisión de manejarlo en secreto. El tema no es suponerlo: es que pueda ser probado.
