La publicación de Twitter de un usuario que contó una insólita situación que vivió en un restarurante se volvió viral y generó un intenso debate entre los internautas.
El usuario @Wait_Man explicó que pidió un plato de ravioles con pesto pero que no le sentía gusto al ajo. Cuando le preguntó a la moza al respecto, ella contestó: “es que acá al pesto no le ponemos ajo, porque a mucha gente le cae pesado”. Indignado agregó: “Hay que terminar con esta locura”.
Tradicionalmete la receta del pesto incluye albahaca, aceite de oliva, nueces o piñones, queso rallado, sal gruesa y dos dientes de ajo, cuales se machacan para formar la pasta que hace de base en esta salsa de origen italiano.
Sin embargo, este último ingrediente suele caer mal al estómago, repetirse durante horas o dejar mala aliento, motivos por los cuales muchas personas piden que sea eliminaro y algunos restaurantes directamente deciden elaborar pesto sin ese ingrediente fundamental.
Este tipo de decisiones ya se convirtieron en una tendencia general de los locales gastronómicos que ahora preparan muchas recetas sin sus ongredientes clave para no incomodar a paladares sensibles. Tal es el caso de los caramelos sin azúcar, hamburguesas sin carne, yogur no lácteo y cerveza sin alcohol, entre otros.
El debate entre los usuarios
El tuit se volvió viral y obtuvo más de 33.000 likes porque generó un intenso debate entre los usuarios, quienes se preguntaban si esa preparación podía ser considerada como pesto.
“Entonces eso no es pesto, es una mistificación anodina hecha por un imbécil”, apuntó un internauta. “Incluso en lugares tradicionales te preguntan si querés el pesto con ajo. Es el fin del mundo”, agregó otro y un tercero rogó: “Por favor, basta de demagogia culinaria”.
En esa línea, muchos usuarios contaron experiencias parecidas pero con otras comidas: “Una vez en un conocido restó de pastas, al señalarle al mozo que las cintas estaban sosas, me explicó ‘es que las hervimos sin sal porque hay muchos clientes que comen así’”.
Otro contó: “Es como los que van a comer tacos y se quejan si están picantes. Hay una muchedumbre de sensibles que son incapaces de sentir nada que los interpele. Y así es la sociedad que tenemos”. Otro detalló:“Una vez pedí empanadas capresse y no tenían albahaca, cuando reclamé me dijeron lo mismo ‘es que hay gente a la que no le gusta’”.
