La Cámara 12° del Crimen y ocho jurados populares condenaron a prisión perpetua a Hernan Felipe Herrera Larena por el femicidio de su novia, Christelle Veronica Heredia, de 34 años.
El veredicto, dictado por unanimidad, se conoció este martes 11 de noviembre luego de cinco audiencias de debates por las que pasaron testigos, peritos y en el que se mostró la prueba recabada durante la investigación. Herrera fue condenado por homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio).
Los familiares y allegados a la víctima se mostraron conformes con el fallo y dijeron que esto permite “cerrar una puerta” en un proceso de duelo.
“A mi hermana no me la van a devolver pero para nosotros se cierra una puerta. Y a las chicas que estén pasando por esto les digo que no se callen, que hablen, que busquen ayuda”, dijo Alejandra Heredia, hermana de Christelle. Agradeció el acompañamiento de las amigas de Christelle y de organizaciones feministas y de la sociedad civil.
En cuanto al hecho, no había dudas que el autor del crimen era Herrera. Él mismo fue quien llamó aquel 16 de junio al 911 desde el departamento de Chistelle (en barrio General Paz) y relató con detalles cómo había asesinado a su novia.
Luego repitió lo mismo cuando llegó la ambulancia y en otra instancia también. Durante la investigación y en el juicio la estrategia de la defensa fue pedir la inimputabilidad del acusado, debido a su historia clínica que incluía internaciones por trastornos psiquiátricos.
Sin embargo, en el proceso quedó claro que Herrera pudo comprender los actos y dirigir sus acciones y así lo entendió el jurado popular y los miembros del tribunal técnico integrado por Gustavo Reinaldi, Ana María Lucero Offredi y María Gabriela Bella.
La resolución fue también en consonancia con lo que había solicitado el fiscal de Cámara, Mariano Antuña, quien pidió la perpetua en sus alegatos.
El abogado de la familia de Christelle, Gustavo Franco explicó sobre la imputabilidad: “Un psiquiatra de parte, que vino desde Chile dijo que él pudo haber quedado inconciente en el momento anterior al crimen. Sin embargo, quedó demostrado que si eso hubiese ocurrido él no se habría acordado de cómo mató a Christelle, pero cuando llamó al 911 contó con detalles cómo lo había hecho”.
Durante las cinco audiencias quedó demostrado así cómo en ocho meses de relación, Herrera ejerció violencia de género sobre la mujer, se posicionó en forma superior a ella y la ubicó en un lugar de propiedad suya.
“Sos mía o de nadie”, le habría repetido a la joven en varias oportunidades en la relación y también el día del crimen, según relató un vecino que escuchó la discusión.
Christelle le había planteado aquel 16 de junio que quería separarse. Los planteos de celos y control constante sobre su vida la asfixiaban. Un mes antes había sufrido una amenaza de muerte por parte de él. La amenazó con un arma blanca y la dejó encerrada en una habitación.
Ella no se animó a denunciar en ese momento. Creyó que se trataba de un episodio de ira por sus problemas de depresión.
En la audiencia de este martes la mamá de Christelle, María Teresa Alfaro hizo uso de la penúltima palabra ante el tribunal y los jurados populares.
“Esto nos arruinó la vida. Nos destruyó. El papá de Christelle murió hace meses por esto. ¿Por qué no lo detuvieron (a Herrera) en Chile con las causas que tenía?“, dijo la mujer.
Herrera tenía dos condenas por violencia de género en Chile y una tercera causa por otro tipo de delito.
Sin embargo esto fue ocultado a Christelle por el mismo Herrera y por su familia.

“Si hubiera tenido algún indicio, esto no pasaba”
Durante el juicio, la mamá de Christelle dijo en su dexlaración que el hombre no había dado señales de ser una persona violenta, que no sabía de las amenazas contra su hija y del hecho previo. “Si hubiera tenido algún indicio, esto no pasaba”, dijo la mujer en referencia a que hubiera intervenido para ayudar a Christelle.
La única que sabía de la amenaza de mayo era una amiga a quien Christelle le pidió que no dijera nada a la familia para no preocuparla.
Un patrón de violencia
El requerimiento de elevación a juicio, que estuvo a cargo de del fiscal de Violencia Gonzalo Berrotarán describe una relación de ocho meses marcada por el control, los celos y la manipulación.
El acusado, según la fiscalía, desplegó todas las formas de violencia: psicológica, económica y física.
Herrera ya tenía antecedentes por violencia de género y de hecho uno de los fiscales de la causa en Chile había advertido que este patrón de conducta iba a continuar.
“Siempre hay un allegado a la víctima que sabe y por hí por no meterese o dejar que lo resuelvan puede costar muy caro”, dijo Franco Heredia hermano de Christelle.
Al ser consultado sobre qué podría hacer el entorno del agresor, Heredia contestó: “Actúen inmediatamente. No dejen pasar esas situaciones”.
























