Cuando escuchó las primeras noticias de que se había detectado una nueva y peligrosa variante del Sars-Cov-2, seguramente dijo: “¡Basta, es fin de año!”
Por más que nuestra mente ya decretó que la pandemia terminó, este “bicho traicionero” sigue dando vueltas en el mundo.
Pero, aunque Argentina debe preocuparse por Ómicron, hoy quizá sea “la mejor” de las tres variantes que acechan este final de 2021.
El miedo Ómicron
La nueva versión del Sars-Cov-2 tiene toda la pinta de ser muy mala. Acumula mutaciones en partes del genoma que están asociadas a una mayor transmisibilidad y capacidad para evadir la respuesta inmune generada por las vacunas. Los datos epidemiológicos de Sudáfrica, donde fue detectada por primera vez, respaldan esos temores.
En algún momento podría llegar a la Argentina. Pero pueden pasar varias semanas hasta que se transforme en una amenaza real. Desde el primer caso de Delta en el mundo hasta la primera detección en Argentina, transcurrieron 201 días. Y un año para que se convirtiera en la variante más dominante en el país.
Por estos días, Ómicron podría tener un impensado efecto positivo. El miedo a esta variante quizá empuje a que la gente se cuide más y a que se vacune. La población está relajada: abandonó el uso del barbijo y otras medidas de prevención.
Hay un 15 por ciento de la población de 3 años o más que todavía no se vacunó con la primera dosis y un 16,5 por ciento de quienes se aplicaron la primera inyección que aún no recibió la segunda.
Delta es la amenaza
La preocupación argentina debe ser Delta. No hay que olvidarse de que se trata de la variante más contagiosa hasta la fecha (aunque quizá Ómicron le dispute ese título) y que ya supone más del 50 por ciento de los casos en Córdoba y más del 90 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba).
Desde hace semanas se decía que Delta iba a ser la responsable de una tercera ola en el país. Esa amenaza no se consumó. Sin embargo, la curva viene subiendo lentamente en los últimos días. A principios de octubre se reportaban unos 700 casos diarios de promedio en el país. Ahora esa cifra es más del doble: 1.500.
Muchos argentinos pueden pensar que la pandemia está lejos, porque Ómicron todavía no llegó. Pero la mutación del coronavirus más mortífera ya nos está infectando No hay que descuidarse. Un ejemplo es lo que ocurre en Alemania. Este miércoles reportó la mayor cantidad de muertes desde el 18 de febrero. Fueron 446, y todas provocadas por Delta.
Diciembre, la tercera variante
Diciembre no es una variante del Sars-Cov-2, pero sí de nuestros comportamientos. El último mes del año transforma a muchas personas. Por estos días habrá muchas juntadas para despedir 2021 y para reencontrarnos con amigos y familiares. El clímax llegará entre Navidad y Año Nuevo.
Nos volvemos menos precavidos y más sociables. El escenario ideal para que Delta provoque su estocada más potente. Pasó en 2020 sin Delta (aunque también sin vacunas). A inicios de diciembre del año pasado se reportaban unos 4.800 casos diarios de promedio. Un mes después esa cifra casi se triplicó.
Ómicron infunde miedo, pero hoy por hoy no es la variante más peligrosa para Argentina. Delta y diciembre son la amenaza real.
