Con alguna demora en el inicio de la audiencia, comenzó este martes la etapa de alegatos en el megajuicio por las muertes y descompensaciones de 13 bebés ocurridas entre marzo y junio de 2022 en el Hospital Neonatal de la ciudad de Córdoba.
Tras 41 audiencias, la fiscalía y las querellas anticiparon que sostendrán la acusación contra la enfermera Brenda Agüero, imputada por múltiples homicidios, y contra 10 funcionarios públicos por omisión de deberes, encubrimiento y falsedad ideológica.
En primer término, comenzó a alegar el fiscal de la Cámara Séptima del Crimen, Sergio Ruiz Moreno, quien explicó que al inicio se centrará en la acusación contra Brenda Agüero. Su par, la fiscal Mercedes Ballestrini, ampliará el análisis caso por caso atribuido a la enfermera.
Ruiz Moreno inició su exposición hablando de “la principal dificultad de la causa” que “es la valoración conjunta y la interpretación integral de los hechos para consolidar la prueba”. Y anticipó que durante esta primera jornada se centrará en la acreditación de los hechos y la responsabilidad de Agüero, dejando la calificación legal y el “petitum” para este miércoles, en conjunto para todos los demás imputados.
“Lo primero que hay que corregir es que se dice que contra Brenda Agüero sólo hay indicios, hay mucha prueba, no solo indicios, hay mucha prueba fehaciente”, remarcó Ruiz Moreno.
Valoró que existe prueba documental “fuertísima” en cada uno de “estos atentados contra los niños”, además de testimonios “que son muy incriminadores”.
El alegato recuperó la conclusión de expertos de Policía Judicial que demostró que sólo Brenda Agüero estuvo presente en todos los eventos.
Ruiz Moreno destacó la investigación del fiscal de instrucción Raúl Garzón, pero remarcó que para iniciar el juicio se pidió una ampliación de pericia interdisciplinaria a los gabinetes de Policía Judicial que aportó todavía más evidencias que demostraron que la única persona que tuvo contacto con los bebés en las ocho fechas donde ocurrieron los 13 casos fue Brenda Agüero.
Sobre el motivo de Agüero, luego de repasar los informes criminológicos y el peritaje psicológico, Ruiz Moreno dijo: “Sus motivos eran tan mezquinos y superfluos como que se la reconociera y de ese modo pudiera acceder a Neonatología, al área de los bebés, donde podría tener más oportunidades de lucimiento”.
“Que se tratara de malas praxis, fue absolutamente descartado, como insectos o arácnicos, la autoría de otros profesionales, una medicación administrada al nacer, una sepsis generalizada, que se pudiera tratar de experimentos o pruebas, todas esas hipótesis fueron investigadas y se descartaron”, señaló Ruiz Moreno.
En el primer caso, el de U.M. -el 18 de marzo de 2022- la médica Silvana Cagliero ve a Brenda Agüero en contacto con la beba, poco antes de que se descompense e ingrese en un paro cardiorrespiratorio. “Pasaron cinco minutos desde que el bebé pega un grito a la descompensación”, remarcó Ruiz Moreno como una referencia temporal significativa.
Ruiz Moreno contestó, de paso, un argumento defensivo: que no había uniformes y cualquiera podía vestirse como el personal del Neonatal. Esto, para el fiscal, contribuye a su propia hipótesis: “eso facilitó el movimiento entre los distintos departamentos y cubículos” para la comisión de los delitos.
Luego Ruiz Moreno pasó al caso de Francisco Calderón, el primer bebé que muere en el Neonatal, también el 18 de marzo de 2022. “Los expertos lo dijeron: existe posibilidad casi nula de que ocurran dos eventos del mismo tipo en cuestión de horas”.
Sobre el caso de Damaris Bustamante, mamá de Benjamín, el segundo bebé que muere en la serie de casos bajo investigación. Lo que marca Ruiz Moreno es el reconocimiento claro que hace Damaris de Agüero, con quien estuvo una hora y media en una misma sala de preparto, lo que da mayor verosimilitud a la identificación. En este caso, Brenda Agüero está presente antes del nacimiento, es quien en el relato de Damaris la maltrata y le dice que cualquier cosa que le pase a su hijo será su culpa.
Luego pasa al caso de F.A.B., que nació al día siguiente, el 24 de abril de 2022. En este caso, Brenda Agüero registra en la historia clínica el buen estado del bebé, pero la mamá J.B. advierte que su beba está mal y Agüero sale con la recién nacida en brazos. La reconoció esta mamá por los lunares y porque tenía el barbijo bajo.
“El señalamiento se vuelve inequívoco cuando lo sumamos al testimonio del personal médico. Esto cierra la individualización de la persona que tuvo intervención y en contacto con la bebé”, enfatizó Ruiz Moreno.
En el caso siguiente, el de L.H., T.H. identifica a la enfermera como quien lleva a su beba para un control que no está asentado. La tumoración presente en el cuerpo de esta beba fue descartada por el experto médico Néstor Vaín como una reacción a la aplicación de vitamina K, rescató en su exposición el fiscal.
Ruiz Moreno aceptó que los reconocimientos tienen requisitos legales, pero los señalamientos que hacen las madres de Agüero se corresponden con la identificación que hace el personal médico. Esto le da la fuerza de prueba a esos testimonios.
En el caso de I.G, su mamá G.G. relata el momento en que la beba grita cuando está en brazos de Brenda Agüero “y eso es idéntico a lo que ocurre con U.M.”, remarca Ruiz Moreno. Agüero, en este caso, es la que alerta en forma temprana de la descompensación. G.G. relata que días después, cuando su hija estaba en recuperación, le preguntó cómo se dio cuenta que su hija estaba mal. Y la enfermera le dice por el color y por una mancha de sangre en el pañal. “La tenemos en los roles y en el reconocimiento”, remarcó Ruiz Moreno.
“Brenda dijo los otros días había muchas Brendas en el servicio. Ese día no había ninguna otra Brenda asignada”, respondió el fiscal.
En el caso de G.H., el fiscal destaca otra vez que es Brenda Agüero quien advierte de su descompensación en forma temprana. “Se pone en el centro de la escena y es la heroína que descubre las descompensaciones o pinchazos”, explicó.
En el análisis de los casos de la guardia del 6 de junio, el fiscal repasó la conexión de Brenda Agüero en cada uno de los cuatro casos, dos muertes y dos graves descompensaciones. Y marcó otra vez su protagonismo en el alerta de uno de los casos, el de Angeline, que lleva en brazos y a los gritos.
“Cuando hablan que no hay pruebas, hay multitud de testimonios, documentos y otras evidencias en todos los casos”, remarcó Ruiz Moreno.
Un indicio más que llamó la atención del fiscal es que Brenda Agüero, a pesar de su responsabilidad tan valorada con su tarea y profesionalismo, “no asentó cuándo se retiró, no hizo el pase de guardia y se va dejando pacientes sin esperar su relevo, en un día de desborde con dos muertes y otros dos ataques a bebés en el hospital”.
Sobre el análisis de comportamiento criminal, elaborado por las expertas de Policía Judicial, Ana Cufré e Isabel Ibarra, rescató Ruiz Moreno que a pesar de que su propósito no es individualizar un autor sino definir las características de su accionar, para definir patrones, los resultados se condicen con los hechos descriptos. “Establecen que los 13 casos son de una serialidad criminal, las víctimas son bebés sanos que son los que tienen menor control, se dan siempre en el mismo ámbito y en las primeras horas de vida, durante la mañana, la modalidad es la inoculación de sustancias nocivas, con cuatro casos indiscutibles, dos con potasio y dos con insulina. Hay una modalidad bien determinada”, recortó Ruiz Moreno. “La perfilación del o la autora tiene que ser una persona con vinculación profesional en centro obstétrico, desplazamiento o interacción con los pacientes y el personal médico, habitualidad de concurrencia al lugar, conocimientos y habilidades de uso de dosis. Esto nos da una correspondencia exacta con Brenda Agüero”, destacó.
También trajo a su alegato Ruiz Moreno las conclusiones de la investigación de Fiscalía de Estado en el que ubican a Brenda Agüero en todos los casos y resaltan sus actitudes “premonitorias” e intervenciones fuera de protocolo, “siendo relevante su interés en el reconocimiento por haber salvado a varios bebés”.
Esto, a su vez, tiene concordancia con el perfil psicológico de Agüero, según el alegato. “La conclusión del informe interdisciplinario concluyó que presentaba rasgos narcisistas y psicopáticos, en el que busca la aprobación y la admiración, desde el que tiende a crear escenarios para lograr esta situación, poniéndose en el lugar central, y como benefactora frente al sufrimiento del otro, y que hay cierto disfrute en ese dolor”, resumió Ruiz Moreno.

“Se ha instalado que solo una persona con un trastorno mental muy severo puede cometer estos hechos. Hasta lo dijo la misma Brenda Agüero. Por un lado, detectable, pero en este punto hay que ir a las experiencias de casos internacionales de asesinos seriales en ámbitos hospitalarios. En el informe de Fiscalía de Estado se reseñan casos en los que en todos se destaca que la persona no tenía ninguna apariencia, eran personas predispuestas al trabajo, capaz, insospechadas por sus propios compañeros. Ese perfil que puede cumplir la norma y no tener conflicto moral en apartarse de la norma en su interior es el que se encuentra en esos antecedentes”, recuperó Ruiz Moreno.
Para Ruiz Moreno, también “hay un indicio muy fuerte en el intento de fugarse de la provincia que hizo Brenda Agüero cuando buscaba alquileres en Buenos Aires mientras estaba construyendo su vivienda en la parte alta de la casa en la que vivía con su madre y sus hermanas en Río Ceballos”.

La ronda de alegatos
A lo largo de tres jornadas, el tribunal de la Cámara Séptima del Crimen y los jurados populares escucharán las exposiciones finales de los acusadores.
Este martes y miércoles será el turno de la fiscalía. Si queda tiempo, seguirán las querellas. Si consumen las dos jornadas los representantes del MPF, se pasará al lunes próximo, en el que tomarán la palabra Daniela Morales Leanza y Nicolás Ruades, representantes de seis mamás; el abogado Carlos Nayi, por otras tres mamás, y ese mismo día también lo hará la representante complementaria de los ocho bebés sobrevivientes y querellante por tres mamás, Ana Pagliano.

Demanda civil
Además de las acusaciones penales, el juicio contempla una demanda civil contra el Estado y los imputados. Las partes acordaron un memorial escrito y realizarán una breve presentación oral. Entre los daños reclamados, están el moral, patrimonial, psicológico y otros perjuicios.
En manos de la Cámara Séptima del Crimen y de los jurados populares queda ahora la responsabilidad de dictar un fallo en una causa que, como advirtieron los querellantes, “no puede quedar sin justicia bajo ningún punto de vista”.