Un nuevo estudio realizado por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, identificó que la masturbación es una estrategia valiosa para el control de los síntomas de la menopausia, especialmente los cambios de humor y las alteraciones del sueño.
La investigación, publicada en la revista científica Menopause, subraya la eficacia del autoerotismo, a pesar de ser una práctica que permanece poco discutida en entornos médicos y sociales.
Los hallazgos se basan en una muestra demográficamente representativa que encuestó a 1.178 mujeres estadounidenses de entre 40 y 65 años.
Qué revela el estudio
Solo el 14% de las participantes perimenopáusicas indicaron utilizar la masturbación regular como estrategia activa para controlar sus síntomas.
En general, las participantes fueron más propensas a usar métodos conocidos como el ejercicio (25%), la relajación (24%), la dieta (21%) y los suplementos (19%).
Aproximadamente un tercio de las mujeres encuestadas no indicó utilizar ninguna estrategia para el manejo de los síntomas.
Alta eficacia en la escala de alivio
En comparación con otros enfoques, el autoerotismo se consideró una de las estrategias más eficaces para el alivio de los síntomas en la escala de 5 puntos utilizada por el estudio.
Esta práctica obtuvo una puntuación de 4,35, superando la efectividad reportada por diversos cambios en el estilo de vida, que variaron entre 3,89 y 4,06.
La eficacia de la terapia hormonal prescrita también obtuvo una alta puntuación de 4,2. No obstante, el uso reportado de la terapia hormonal fue uno de los más bajos, alcanzando solo el 4% de las participantes.
Beneficios específicos documentados
Al preguntarles sobre cómo la masturbación afecta síntomas específicos de la menopausia, el 46% de las participantes perimenopáusicas informaron una mejora de al menos un síntoma.
La mejora más común observada fue en el estado de ánimo (43% de las encuestadas), seguido por un aumento de los sentimientos de deseo y placer sexual (13%).
Otros impactos positivos registrados incluyen la mejora del sueño (13%) y la mejora de la lubricación vaginal (11%).
El estudio también documentó alivio del dolor (8%) y una reducción de los sofocos (3%) en las participantes.
La barrera de la conversación médica
Los hallazgos del Instituto Kinsey enfatizan la importancia de mantener conversaciones abiertas y basadas en la evidencia entre pacientes y profesionales de la salud sobre la salud sexual.
El 66% de las mujeres perimenopáusicas afirmó que se masturbaría con mayor frecuencia si supiera que esto podría tener un impacto positivo en sus síntomas.
Además, más de la mitad de las encuestadas (57%) indicó que estaría dispuesta a probar el autoerotismo para aliviar los síntomas si su médico se lo recomendara.
Sin embargo, los grupos perimenopáusicos y posmenopáusicos reportaron bajos índices de haber recibido orientación médica específica sobre la masturbación (7% y 4%, respectivamente).
Cynthia Graham, científica sénior del Instituto Kinsey, señaló que las conversaciones sobre la menopausia suelen centrarse en terapias hormonales o en cambios en el estilo de vida, pero el autoerotismo “sigue estando relegado”.
“Nuestros hallazgos sugieren que la masturbación podría desempeñar un papel importante en el control de los síntomas”, concluyó.
Cambio generacional en el bienestar sexual
Los investigadores también notaron un posible cambio generacional en las opiniones sobre el bienestar sexual.
Las mujeres perimenopáusicas mostraron una probabilidad significativamente mayor que las posmenopáusicas de haber reportado haberse masturbado en el último año.
Asimismo, las mujeres perimenopáusicas se mostraron más receptivas a utilizar la masturbación para aliviar los síntomas en comparación con las posmenopáusicas.




























