De confirmarse la sospecha y alta probabilidad que marcaron los análisis genómicos, Córdoba recibió la variante Ómicron con un 76 por ciento de su población mayor de 3 años con dos dosis de vacunas aplicadas y 250 mil personas de los grupos más expuestos a una infección -personal de salud, policías, inmunosuprimidos o mayores de 70- con un refuerzo o tercera dosis.
La proporción de cobertura estaría bastante por encima del 80 por ciento si sólo se considerara al grupo de los mayores de 18. Pero ya es fuerte el avance en el grupo de los adolescentes -59 por ciento de cobertura completa en el rango 12 a 17 años- y ya alcanzó a la mitad de niños y niñas de entre 3 y 11.
Aunque se registra una sutil tendencia al incremento de casos semanales, el promedio apenas si supera los 100 casos diarios, número que se mantiene por debajo del piso que se alcanzó al superarse la primera ola y antes de que la llegada de la variante de Manaos desatara la segunda ola de coronavirus en Córdoba.
El dato más preocupante de cara al arribo de Ómicron y el contexto de sociabilidad intensificada de diciembre con las fiestas de egreso, Navidad y Año Nuevo es el descenso continuo del número de testeos, que también están en el mínimo de 2021. Con Ómicron, no alcanza con dejar todo en manos de las vacunas, porque encontró una manera de saltearlas: es preciso volver al principio en la estrategia de la pandemia y testear, rastrear y aislar.
En las últimas dos semanas epidemiológicas sobre las que hay registros completos, la 47 -del 21 al 27 de noviembre- y la 48 -del 28 de noviembre al 4 de diciembre- se hicieron, respectivamente, 22.246 y 26.302 test, según los registros del Ministerio de Salud provincial. Esto da promedios diarios de 3.178 y 3.757 diagnósticos, respectivamente. En el pico de la segunda ola, se hicieron 207 mil, apenas por debajo de los 30 mil test por día.
El énfasis está puesto, en esta etapa, en diagnosticarse e incorporar el testeo como rutina. Hay varios elementos que conspiran para la detección a tiempo de casos de la nueva variante: la vacunación reduce los síntomas a leves o inexistentes, hay dudas aún sobre si existe o no una pérdida de eficacia de los métodos diagnósticos contra Ómicron y el contexto de una pérdida de preocupación por la pandemia hace que se menosprecien signos de advertencia.
Pero para contener el brote y evitar que en poco tiempo se haga predominante una variante que muestra capacidad para evadir, en parte, la respuesta inmune de las vacunas, la herramienta clave es el testeo y el aislamiento de los casos positivos y sus contactos. Sin eso, hay que esperar que las noticias del mundo contagiado y en vías de infección por Ómicron confirmen que su mayor transmisibilidad no se acompaña con un crecimiento de hospitalizaciones ni de muertes.
