El quebracho blanco de la avenida Padre Luchesse, en Villa Allende, cumplió tres días en su nuevo lugar.
Fue removido el domingo por una grúa que lo trasladó a escasos metros de la traza donde se realiza la obra de ensanchamiento, a cargo de Caminos de las Sierras, de esta vía que une Villa Allende con Córdoba capital.
En ese contexto, los vecinos autoconvocados que estaban acampanando desde hace 33 días en el sector en defensa del ejemplar histórico y para impedir su traslado, levantaron las carpas el martes y se fueron del lugar.
Miguel Ángel Garay, uno de los vecinos que estuvo en el acampe dijo a La Voz que durante más de un mes permanecieron entre 10 y 15 personas vigilando y realizando acciones por el quebracho.
Y durante la mañana del martes comenzaron a acondicionar sus pertenencias, y culminaron alrededor de las 19 con una asamblea entre todos los vecinos. Después dejaron el espacio, a orillas de la colectora, donde colocaron las carpas.
“Acá pasamos nevadas y temperaturas bajo cero. Teníamos todo lo que se necesita para un acampe: cocina, estufas, bolsas de dormir, estábamos bien equipados”, relató.
Para Miguel y el resto de los vecinos abandonar el lugar les produce pena, lo mismo que el traslado del árbol. “Cuando era chico veníamos a tomar mates. Destruyen un árbol y un símbolo del monte nativo por no cambiar la traza”, agregó.
Además, manifestó que “no hacía falta hacer una rotonda, sólo era un pequeño desvío hacia el norte y se evitaba el daño al patrimonio de ‘la Villa’. La avenida perdió significado porque el árbol no está”.
Y añadió: “La gente piensa que perdimos, pero los que perdieron son los políticos”.
En tanto, la colectora sur, que hasta el lunes permanecía cerrada, se encuentra liberada y las máquinas de Caminos de las Sierras trabajan para compactar la tierra y tapar los huecos que quedaron en el lugar donde estuvo el árbol.
También la Policía continúa custodiando la zona además de las cámaras y vallas como medida de protección del ejemplar.
Solicitud de informes
Además, los vecinos solicitaron informes, a través de la Justicia, para saber cómo se realizó el trabajo del trasplante del quebracho blanco, y el gasto que implicó su traslado, en este caso el pedido se hizo al Concejo Deliberante de la ciudad.
Días atrás, el intendente Pablo Cornet adelantó los gastos ascienden entre los 30 y los 40 millones de pesos, y se comparten entre la empresa constructora y la Municipalidad.
Joaquín Elgueta, vecino autoconvocado, destacó que el pedido lo hicieron el 11 de julio con solicitud tanto para la Provincia como para el municipio.
El expediente judicial N° 13.970.116 que lleva la firma del Vocal de Cámara, Francisco Gordillo Saravia requería de carácter urgente un informe sobre el estado de avance de la reubicación del quebracho y las condiciones en el que se realiza.
El director de Ambiente municipal, especialista en Gestión Ambiental Santiago Carmona, sostuvo a La Voz que se hará entrega de todo lo solicitado.
En tanto, Elgueta indicó que acciones como estas continuarán para evaluar cómo se sigue con el trabajo. Y consideró que “el árbol está muerto”.
“Quedó cómo símbolo del desmanejo de los funcionarios públicos”, agregó.
Y adelantó que se unirán a agrupaciones ambientalistas de Sierras Chicas para alertar sobre la remoción de flora nativa en otros puntos de Córdoba.
“Además, haremos un trabajo de toma de conciencia y sensibilización ambiental en diferentes espacios”, aseguró.
“El árbol tiene chances de sobrevida”
Tras la mudanza, continúa el trabajo sobre las raíces y follajes para intentar favorecer su enraizamiento y adaptación, lo que se prevé que –si llega a tener éxito– demandará un largo tiempo de cuidado.
Durante el martes, Carmona indicó que se despejó la estructura, “caño por caño” y luego se compactó el suelo por debajo del cepellón de tierra.
Estimó que bajó unos cinco centímetros para quedar al ras del suelo. “Se lo riega. Este miércoles se hace una nutrición foliar y en las raíces para promover el crecimiento. La tarea se continuará durante 15 días y por tres meses”, explicó.
Consultado sobre las condiciones del follaje, el director de Ambiente aseguró que es normal y no tiene síntomas de estrés. De todos modos, se trabaja para contrarrestarlo también con productos para ese fin.
Además, aclaró que el daño del árbol por los trabajos previos y de traslado “no es significativo”.
“Puede ser que con los ‘amarres’ se haya desprendido algo de la corteza. También se hizo una excavación muy amplia para tratar de cortar la raíz lo más prolija posible, cercana al pabellón”, añadió.
Y subrayó que “el árbol tiene chances de sobrevida. Tiene más esperanzas de vida”.