El cáncer de próstata se diagnostica en 11.000 casos cada año (20% de todos los cánceres) y produce unas 3.600 muertes anuales en Argentina. Este cáncer es el más frecuente entre los varones y el tercero en mortalidad (11,2% de todas las muertes por causa oncológica). Casi el 90% de esas muertes ocurre en hombres mayores de 65 años.
Se estima que 1 de cada 8 hombres en el mundo será diagnosticado a lo largo de su vida, con una edad media de diagnóstico de 75 años.
Gracias a los avances en diagnóstico molecular y terapias dirigidas, la supervivencia de pacientes con enfermedad avanzada se triplicó en los últimos 15 años, pasando de 18 a más de 40 meses.
Qué son los licopenos y por qué se los vincula con menor riesgo
El licopeno es un antioxidante natural presente principalmente en el tomate y la sandía. Investigaciones científicas sugieren que este carotenoide podría estar asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata, al ayudar a prevenir el daño celular y del ADN.
“El tomate y la sandía tienen un alto contenido en licopenos, antioxidantes que se han asociado con un menor riesgo de cáncer de próstata”, explican los oncólogos Aránzazu González del Alba y Ramón Aguado Noya.
Además, estudios han observado efectos similares en alimentos ricos en fitoestrógenos (como la soja) y en el consumo moderado de café.

Factores de riesgo: edad, antecedentes y alimentación
La edad es el principal factor de riesgo: el 90% de los casos se presentan en hombres mayores de 65 años. Pero hay otros aspectos a considerar:
- Genética: hasta un 10% de los casos tienen componente hereditario.
- Alimentación: dietas altas en grasas animales y bajas en vegetales crucíferos (como brócoli o coliflor) se asocian con mayor riesgo.
- Suplementos: el uso de multivitamínicos, zinc o niveles elevados de ácido fólico y vitamina B12 también podrían influir.
- Estilo de vida: obesidad, tabaquismo y sedentarismo aumentan la agresividad y el riesgo del cáncer de próstata.
El rol del PSA: una herramienta para el diagnóstico precoz
El antígeno prostático específico (PSA) es una prueba de sangre que permite detectar alteraciones en la próstata. Aunque no previene el cáncer, favorece el diagnóstico en etapas tempranas, cuando aún es curable.
Sin embargo, los especialistas advierten sobre el riesgo de sobrediagnóstico y sobretratamiento, ya que algunos tumores detectados podrían no evolucionar clínicamente.
La recomendación actual:
- Comenzar el cribado con PSA entre los 50 y 70 años en la población general.
- En hombres de alto riesgo, desde los 40 o 45 años.

Ejercicio, prevención y síntomas a los que estar atentos
Aunque la evidencia no es concluyente, estudios sugieren que el ejercicio físico vigoroso en mayores de 65 años podría reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
En cuanto a los síntomas, en fases tempranas el cáncer de próstata suele ser silencioso. Pero a medida que progresa, puede causar:
- Dificultad o ardor al orinar
- Micción nocturna frecuente
- Sangre en orina o semen
- Dolor óseo, fatiga o pérdida de peso
- Impotencia o debilidad en las piernas (por metástasis o compresión medular)
Ante cualquiera de estos signos, es fundamental consultar a un urólogo y no postergar el control médico.
La ciencia avanza en tratamientos cada vez más eficaces contra el cáncer de próstata. Pero la prevención basada en hábitos saludables, como una dieta rica en frutas y verduras, ejercicio regular, controles periódicos y conciencia de los factores de riesgo, sigue siendo una herramienta clave.