Cada vez más estudios confirman que mantener niveles adecuados de vitamina D, magnesio, zinc y selenio, omega-3 y fibra ayuda a prevenir patologías cardiovasculares, metabólicas e inmunitarias.
Pero, según la endocrinóloga Montse Prados Pérez, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), todos esos beneficios se pierden si la dieta está dominada por los productos ultraprocesados.
Los cinco micronutrientes que actúan como escudo
En diálogo con Infosalus, la especialista detalló cuáles son los micronutrientes más determinantes para la salud.
- Vitamina D: esencial para la salud ósea, inmunitaria y metabólica. Su déficit se asocia con mayor riesgo de infecciones, enfermedades autoinmunes y cardiovasculares.
- Magnesio: participa en más de 300 reacciones enzimáticas, regula la presión arterial y favorece la función muscular y el control glucémico.
- Zinc y selenio: claves para la inmunidad, la función tiroidea y la defensa antioxidante del organismo.
- Ácidos grasos omega-3: poseen efectos antiinflamatorios, protegen el corazón y el cerebro, y mejoran la salud cognitiva.
- Fibra dietética: aunque no se considera un micronutriente clásico, es esencial para la microbiota intestinal, ayuda a controlar el colesterol y reduce la inflamación sistémica.
“Una alimentación rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos y pescado azul aporta todos estos elementos de forma natural y equilibrada”, enfatizó Prados.

El enemigo silencioso
Los alimentos ultraprocesados (bebidas azucaradas, snacks, panificación, comidas listas o productos con exceso de aditivos) son, según la endocrinóloga, los grandes saboteadores del bienestar metabólico.
“No son alimentos reales, sino formulaciones industriales con alto contenido en azúcar, grasas refinadas, sal y aditivos, y muy poca densidad nutricional”, advirtió.
Su consumo habitual altera el metabolismo, daña la microbiota intestinal y favorece la inflamación crónica, un mecanismo vinculado con enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, el cáncer y los trastornos del ánimo.
Prados sostiene que el impacto de los ultraprocesados sobre la salud pública “es comparable al del alcohol o el tabaco”, ya que aumentan el riesgo de mortalidad prematura por enfermedades crónicas.
La dieta que protege
La especialista recomienda priorizar alimentos frescos y mínimamente procesados.
- vegetales
- frutas
- legumbres
- frutos secos
- cereales integrales
- pescado azul
“Los ultraprocesados pueden parecer prácticos o inocuos, pero su efecto acumulativo es muy dañino”, subrayó.


























