Vanesa y Paola Beltramo están al frente de Didáctico Apoyo Escolar hace más de 10 años. La academia está situada en la zona norte de la ciudad, en los barrios Villa Belgrano y La Catalina. Las “seños”, tal como las saludan los niños, cobran 600 pesos la hora a los estudiantes de primaria y 700 a los de secundaria.
Además, también ofrecen la preparación para el ingreso a colegios como el Manuel Belgrano, al Instituto Técnico Salesiano Villada o el Instituto Técnico Renault. Los precios varían, pero se debe contar con 15 mil pesos mensuales, como tarifa inicial.
Este año, “Didáctico” no fue ajeno al fenómeno que se vivió en otros centros de apoyo escolar. “Hasta el día de hoy nos seguimos sorprendiendo de los efectos de la pandemia en la educación. A nivel secundario, hay estudiantes que no hicieron absolutamente nada. Fue un año y medio perdido”, expresó Vanesa.
Según la docente, hay estudiantes que están en tercer año y tienen una gran falencia. “Parece como si recién hubieran terminado sexto grado y pasaron a tercer año. Arrastran errores graves, porque hay conceptos básicos de matemática y lengua que no incorporaron nunca y cuesta horrores arrancar. Tuvieron un año de confinamiento y otro en el que el sistema de asistencia al aula fue variando”, recordó.
Al apoyo escolar asisten más de 35 estudiantes fijos. Pero hay otros estudiantes que visitan la academia según sus necesidades. “Este año aumentó la cantidad de estudiantes, sobre todo entre los que vienen a reforzar contenidos puntuales. Estos casos son de estudiantes muy desorientados”, lamentó la docente.
Otras familias llegaron hasta el espacio para “acompañar el retorno a la normalidad”. “Las grandes falencias están en Matemática y Lengua, con errores que se arrastran. Las docentes en las aulas les piden a los papás que busquen apoyo afuera, porque les cuesta nivelar el aula. Nosotras tratamos de orientar a los chicos”, dijo.
En los apoyos escolares los estudiantes son nuevos y buscan contención
Evangelina Simón es docente y maneja hace 14 años un centro que se denomina Espacio Integral para Niños, en la calle Esteban Bustos al 1.900, en barrio Cerro de las Rosas, en la zona norte de la ciudad.
Allí las clases son de una hora y media. Los estudiantes de primaria abonan 800 pesos y los de secundaria, 1.300 pesos cada clase. Así, si un estudiante de primaria tiene que ir tres veces a la semana se debe abonar unos 9.600 pesos por ello.
“El estudiante secundario no va de manera continua. Se coordinan turnos y los estudiantes van a demanda, organizados por materias. En la primaria, en cambio, van entre dos a tres veces por semana”, contó la profesora.
Simón nota que los niveles cayeron a un ritmo inusual luego de la pandemia. “Los chicos llegaron con un nivel de aprendizaje muy por debajo de lo esperado y ahora ya van recuperando el ritmo en la academia. En las semanas, doy un apoyo extraescolar, con los chicos que van más adelantados, para complementar el trabajo semanal de la escuela”, contó.
La mayoría de sus estudiantes son nuevos y llegan por referencias, buscando un espacio de contención. El final de año lleva a los padres a buscar, casi con desesperación, una ayuda en la academia que dirige Simón.
“Los chicos que llegaron de escuelas aledañas (privadas, con mucha carga horaria) no han afianzado ni siquiera los contenidos prioritarios. Las seños quieren nivelar de cualquier manera y hay estudiantes que no llegaron”, aseguró.
Todas coinciden en que la etapa del año se vive con dramatismo. Y que el costo extra que se paga por formar a los estudiantes está desactualizado.
