La alimentación durante la infancia no sólo impacta en el crecimiento o el peso, también puede influir en el desarrollo de enfermedades respiratorias crónicas como el asma. Así lo demuestra una nueva investigación realizada por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra.
Del estudio se desprende que los niños que consumen más de un 30% de su dieta en forma de alimentos ultraprocesados tienen casi cuatro veces más riesgo de desarrollar asma.
La investigación analizó durante casi una década los hábitos alimenticios y la aparición de enfermedades respiratorias o alérgicas en 1.546 niños, de entre 4 y 9 años.
Qué son los ultraprocesados y por qué preocupan tanto
Se considera ultraprocesado a todo alimento industrial que contiene altas cantidades de azúcares, grasas saturadas, sodio, aditivos y conservantes, y que ha pasado por múltiples etapas de procesamiento.
Ejemplos comunes en la dieta infantil:
- Galletitas dulces o saladas
- Snacks envasados
- Bebidas azucaradas
- Salchichas, patitas, fiambres
- Panificados industriales
“Estos productos tienen un efecto inflamatorio en el organismo, lo que impacta directamente en enfermedades crónicas como el asma”, explicó la doctora María José Goikoetxea, especialista en Alergología de la Clínica Universidad de Navarra.

La inflamación silenciosa: cómo los ultraprocesados afectan los pulmones
El asma es una enfermedad crónica que inflama las vías respiratorias, dificultando la respiración normal. Si bien tiene múltiples causas, entre ellas la predisposición genética y factores ambientales, la alimentación se posiciona como un factor modificable clave.
“Los ultraprocesados no sólo aportan calorías vacías, sino que alteran el equilibrio inmunológico desde edades tempranas”, afirmó el pediatra Octavio Galindo, otro de los autores del estudio.
El equipo encontró que los niños cuya dieta superaba el 30% de ultraprocesados tenían un riesgo casi cuatro veces mayor de padecer asma en comparación con quienes llevaban una alimentación más saludable.
Qué se puede hacer: consejos para padres
La doctora Martín Calvo, investigadora principal del estudio y profesora de Medicina Preventiva, remarcó que es urgente “concientizar desde la infancia sobre la importancia de una alimentación saludable”.
- Adoptar desde temprano una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva.
- Limitar al máximo la presencia de productos ultraprocesados en casa.
- Promover la actividad física diaria, al menos una hora por día en niños.
- Enseñar con el ejemplo: comer en familia y cocinar juntos ayuda a formar hábitos.
“Hoy sabemos que lo que un niño come puede tener consecuencias incluso décadas después. Prevenir el asma con una dieta equilibrada es una herramienta poderosa que está en manos de las familias”, concluyó Calvo.