Quizá muchos se pregunten por qué algunas personas parecen envejecer más rápido que otras. La respuesta va más allá de la genética. Los hábitos diarios tienen un impacto directo en la salud de la piel.
Desde la alimentación hasta el estilo de vida, cada elección puede acelerar o retrasar el proceso de envejecimiento.
Cristina Sciales (MN 66744), médica cirujana, explica que las causas que pueden dañar la piel de manera prematura parten de factores genéticos o hereditarios. Sin embargo aclara que la mayoría de los casos son a raíz de hábitos poco saludables.
Los 8 hábitos que aceleran el envejecimiento de la piel
Para la especialista, es importante divulgar las causas que generan daño para concientizar sobre el cuidado de la salud cutánea. Por eso explica que, como la mayoría conoce, “no protegernos del sol es el primer y peor mal hábito para la piel”.
1. El sol
El cuidado del sol debe estar presente todos los días del año, y no sólo en verano como se suele pensar.
“La radiación UVB incide en la epidermis y es la responsable de que nos quememos. Pero los UVA suponen el 95% de la radiación que diariamente recibe la piel y son capaces de atravesar nubes y todo tipo de cristales”, sostiene la cirujana.
2. La alimentación
Está probado científicamente que comer cualquier cosa no es lo mismo, ni nutritivo, para nuestro cuerpo. Hay alimentos que son beneficiosos para la piel, para lograr un mejor equilibrio entre la salud y la nutrición.
Por eso es importante sumar a nuestra alimentación vegetales, frutas, semillas, frutos secos, harinas integrales, aceites de oliva, entre otros alimentos saludables.
3. Los vicios
Evitar fumar y beber ayuda a prevenir los daños de la piel. Sabemos lo que generan en nuestro cuerpo y piel, pero, junto la exposición solar excesiva y la dieta desequilibrada, son el peor combo para nuestro organismo.
Estos hábitos repercuten negativamente en la circulación y microcirculación del oxígeno y nutrientes en nuestro organismo, haciendo se debilite, la piel pierda su brillo y acelerando la degradación del colágeno y la elastina.
4. Duchas y limpieza
La falta de limpieza a la mañana y a la noche, además de no desmaquillarse, puede ser perjudicial para la salud y belleza de la piel.
Si la limpieza no es la correcta impedirá que la piel respire y esto favorece la aparición de poros obstruidos haciendo que los tratamientos aplicados para la hidratación sean absorbidos correctamente y, por lo tanto, su acción será mínima.
Pero atención, la sobre limpieza tampoco es buena. El uso excesivo deja a la piel desprovista de su capa protectora y altera en exceso su PH.
5. Hidratación
La hidratación es esencial para la buena salud de la piel. El 70 por ciento del cuerpo es agua.
Las pieles maduras presentan un daño acumulado en la piel y a partir de los 35 años empieza a perder la capacidad de formar colágeno y ácido hialurónico, con lo cual está más deshidratada. Su ciclo de regeneración celular es mucho más lento por lo que necesita una rutina de mayores cuidados.
6. Ejercicio físico
La falta de ejercicio o sedentarismo aumentan los niveles de estrés y eso se traduce en una menor luminosidad, una piel más apagada y menos tersa. El deporte aumenta la circulación sanguínea, y por tanto, la oxigenación de la piel y el transporte de nutrientes.
7. Descanso
Dormir mal aumenta los signos de envejecimiento de la piel y se producen alteraciones de la barrera cutánea o ultravioleta (UV) para luchar contra los factores de estrés ambiental. Dormir como mínimo 8 horas regularmente ayuda a combatir dichos factores.
8. Acné y granitos
Los granitos son una gran incomodidad, en gran medida estética. Debemos procurar no tocarlos ya que se sobre infectan y la inflamación residual, además de durar mucho tiempo, nos obliga a protegerla del sol para que no pigmente.
