Las ventas vinculadas al Día de la Niñez en la provincia de Córdoba registraron un incremento del 1,5% en comparación con la misma fecha del año pasado, según el relevamiento realizado por la Federación Comercial de Córdoba (Fedecom) junto a sus Cámaras y Centros Comerciales.
Este resultado representó una leve recuperación, luego de la caída del 10,4% que se había registrado en 2024 respecto a 2023.
Evolución por rubros
El relevamiento de Fedecom mostró comportamientos dispares entre los distintos rubros.
La indumentaria y calzado encabezaron el repunte de las ventas por el Día de la Niñez, con un aumento del 12,1%, una variación que, de acuerdo con los comerciantes, puede explicarse por la necesidad de los niños y la compra de productos de uso cotidiano. En segundo lugar, los libros y artículos de librería mostraron un incremento del 7,2%, seguidos por los artículos deportivos y de recreación, que crecieron un 4,5%. En tanto, los artículos electrónicos y pequeños electrodomésticos mostraron un alza del 3,7%, mientras que la juguetería tuvo una suba más moderada, del 2,9%.
En contraste, algunos rubros marcaron caídas significativas. Los rodados tuvieron una disminución del 13,1%, los artículos de computación y celulares retrocedieron un 12,4% y las consolas, accesorios y videojuegos descendieron un 11,8%.
Por su parte, el ticket promedio de las compras se ubico en $ 42.350, mostrando un leve aumento respecto a la edición anterior. En cuanto a los medios de pago, el informe indicó que el 75% de las ventas se concretaron con tarjeta de crédito y el 25% al contado, tanto en efectivo como con tarjetas de debito o dinero en cuenta de billeteras virtuales.
Un repunte que no alcanza
Desde la entidad destacaron que, a pesar de la contracción en algunos rubros, la fecha mostró señales de dinamismo en sectores como indumentaria, librería y artículos deportivos, lo que permitió que el balance general sea positivo.
El vicepresidente de Fedecom, Maximiliano Dauria, señaló en dialogo con La Voz que “hoy la mayoría de los comercios dedicados a la venta de productos para el Día de la Niñez abre mediodía”.
En cuanto al movimiento de este año, remarcó que “las ventas estuvieron bastante tranquilas. Siempre las ventas del Día del Niño eran más o menos una semana, una semana y media antes de la fecha, y este año se dio que fueron los últimos tres días”.
Además, subrayó que “se vendió un 75% con tarjeta de crédito. Aumentó muy mucho la venta con tarjeta de crédito, ya sea por las promociones y todas las cosas que había para el Día del Niño. Eso obviamente afecta la rentabilidad de cada negocio”.
Respecto a las perspectivas, Dauria expresó que “hubo una pequeña mejora, pero no es la ideal ni la positiva. Todavía sigue estando bastante complicado el consumo. También está cambiando el modo de comprar de la gente: compran los autos más baratos, regalan cosas necesarias. Así viene el tema del Día del Niño”.
Caída en ventas de juguetes y auge del comercio electrónico
En contrapartida al informe de Fedecom, según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), las ventas de juegos y juguetes en el marco del Día de la Niñez 2025 cayeron un 5,2% en unidades en comparación con 2024, a pesar del crecimiento del comercio electrónico.
Las operaciones online mostraron un alza del 30% y ya concentran el 24% del total, aunque no lograron compensar la retracción del canal físico, que continúa representando el 76% de las ventas.
El desempeño del sector aseguran que está condicionado por el clima frío, el “feriado” del viernes 15 y la baja afluencia a tiendas presenciales. Según indica el informe, la situación generó complicaciones para comerciantes, industriales e importadores, que quedaron sobrestockeados en un mercado donde las importaciones duplican el tamaño de la demanda local.
El e-commerce, a pesar de su dinamismo, implica afrontar altos costos de publicidad y comisiones en plataformas, además de la necesidad de contar con una logística eficiente: el 81% de los consumidores abandonó su carrito de compras si no encontraba la opción de entrega deseada.
En paralelo, las promociones bancarias perdieron peso: concentraron el 70% de las operaciones, cuando históricamente rondaban el 90%, por el efecto de las altas tasas de interés y el endeudamiento de las familias.
En jugueterías de cercanía, el ticket promedio se ubicó en $ 13.000, mientras que en cadenas de mayor escala —con un 90% de productos importados y con licencias— el valor trepó a $ 38.000. Aunque tres de cada cuatro ventas siguen realizándose en tiendas físicas, la tendencia muestra que el futuro está en la integración de canales más que en la competencia entre ellos.
El presidente de la Caij, Matías Furió, destacó el impacto de fenómenos virales como el peluche Labubu, que se agotó rápidamente gracias a su difusión en redes sociales. “Hace mucho tiempo que no veíamos que una tendencia global marque tanto la diferencia en la categoría de juguetes”, expresó.
Entre las tendencias que marcaron la fecha, el informe resaltó la preferencia por juguetes didácticos y de primera infancia, recomendados frente al uso de pantallas; el fenómeno Labubu como coleccionable; los peluches de capibaras; la popularidad de Stitch por el estreno de la película 2025; el crecimiento de los juguetes educativos de ciencia, robótica y construcción; el auge de los juegos de mesa por su valor recreativo, educativo y accesible; y los muñecos que representan distintas culturas y habilidades.
En el ranking de categorías, la primera infancia (0 a 3 años) representó el 29,9% del mercado con una suba del 0,5%; masas de modelar y slime crecieron un 0,1% con una participación del 14,3%; juegos de mesa y rompecabezas crecieron un 0,3% con el 13,4% del mercado; y los bloques aumentaron un 0,2% con una cuota del 9,5%.
En contraste, pelotas (-7,2%), muñecas y bebotes (-9,3%), figuras de acción o fantasía (-19,4%), cocinas, estaciones y talleres (-29%), rodados (-28,5%), juguetes a radio control y motor incorporado (-42,4%) y juguetes de aire libre (-24,4%) fueron los productos que registraron caídas pronunciadas.
Importaciones y seguridad en debate
Entre enero y julio de 2025, las importaciones de juguetes aumentaron un 84% en valor y un 114% en volumen respecto al año anterior, alcanzando 13.752 toneladas.
También creció un 80% la cantidad de empresas importadoras, de 314 a 565. El 50% de ese volumen ingresó con un valor inferior a USD 3 por kilo, cercano al precio de la materia prima, lo que genera preocupación por la seguridad infantil y la competencia leal.
La Caij advirtió que la flexibilización normativa impulsada por el Ministerio de Desregulación, que permite aceptar certificados y ensayos del exterior mediante declaración jurada de los importadores, puede vulnerar la seguridad y la salud de los niños, en un contexto en el que la Aduana dejó de verificar estos aspectos.
Furió señaló que la industria acompaña la innovación normativa, como el reemplazo del logo de seguridad (S) por un código QR, pero remarcó que “la fiscalización importa, porque el juego debe ser sin riesgos. La seguridad de la niñez tiene jerarquía constitucional en Argentina, y desde la Caij denunciaremos ante la Justicia y la autoridad de aplicación a quienes presenten documentación falsa”.
Observatorio Argentino de Juguetes
En este contexto, la Caij anunció la creación del Observatorio Argentino de Juguetes (Oaju), que estará integrado por expertos del sector y tendrá como objetivos verificar el cumplimiento del marcado de conformidad en comercios y plataformas online, otorgar el sello “Juguete Seguro”, detectar riesgos emergentes junto a pediatras mediante un formulario de relevamiento de lesiones, difundir recomendaciones de compra responsable e impulsar innovación y diseño en la industria.
Actualmente, la industria nacional —compuesta por unas 180 Pymes y emprendimientos que generan más de 8.000 empleos— está operando al 50% de su capacidad instalada y con márgenes mínimos, sin trasladar a precios los aumentos de tarifas y costos.
Desde diciembre de 2023, en un escenario de apertura comercial, las fábricas argentinas se mostraron listas para competir en categorías como juegos de mesa, didácticos, bebotes, masas y juguetes de aire libre, aunque para ello reclamaron una menor carga impositiva, reducción de costos laborales no salariales y mejoras en la infraestructura logística.