La frase “no es lo que comés, sino cómo lo metabolizás” se repite hasta el cansancio y, aunque en apariencia tiene sentido, no es del todo correcta. Si bien el metabolismo influye en cómo el organismo utiliza la energía que se ingiere, lo que realmente determina el aumento o la pérdida de peso es el balance entre la cantidad de alimentos consumidos y la energía gastada.
Así, ni los suplementos milagrosos ni echarle la culpa al metabolismo lento ayudan a reducir grasa si el estilo de vida es sedentario y la alimentación está descompensada.
Francisco Pita Gutiérrez, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica con base científica qué es el metabolismo, cómo influye la edad, qué factores lo modifican y por qué moverse más sigue siendo el mejor acelerador natural para mantener un peso saludable.
Qué es el metabolismo
El metabolismo es el conjunto de procesos que, tras la digestión y la absorción de los nutrientes de los alimentos, permite obtener energía para los procesos vitales.
Al mismo tiempo se fabrican otras moléculas necesarias para el crecimiento, para las defensas, para la reparación de tejidos o para los procesos vitales.
La edad no hace más lento el metabolismo
El gasto energético basal, o lo que viene a ser las necesidades de calorías de una persona que estuviese todo el día quieta y sin ningún tipo de actividad, está determinado por el sexo (los hombres tienen más gasto calórico), la edad (cuanta mayor edad, menor consumo calórico), la talla (cuanto mayor, mayor consumo calórico) y el peso (cuanta más masa muscular, mayor consumo calórico), según detalla el experto.
A eso, dice Pita Gutiérrez, hay que agregarle algunos factores que aumentan el gasto energético para tener el gasto energético total, como es el procesamiento de los nutrientes o el propio metabolismo, las enfermedades y la actividad física, que en los casos de alta intensidad puede hacer que el gasto energético total sea el doble del gasto energético basal.
“Este es uno de los motivos por lo que siempre se recomienda asegurar e incrementar la actividad física y el ejercicio físico en los programas de salud para una pérdida de peso”, remarca.
La edad no es que enlentezca el metabolismo, sino que es el organismo el que necesita consumir menos con la edad. “Las enfermedades aumentan el consumo o gasto energético total, por eso algunos pacientes pierden peso (grasa y músculo) con algunas enfermedades y sufren desnutrición. Este tipo de desnutrición se denomina ‘desnutrición relacionada con la enfermedad’, y es muy frecuente en los hospitales.
Algunas enfermedades, como el hipotiroidismo, disminuyen el gasto energético total, por lo que una persona que tenga hipotiroidismo mal controlado tiene riesgo de ganar peso, aún controlando las cantidades y los alimentos que come, aparte de realizar actividad física.
¿Se puede acelerar el metabolismo?
Pita Gutiérrez destaca que no se recomienda ningún tipo de hierba, ni de pastilla, ni de producto para “acelerar el metabolismo”. Y subraya que la actividad física programada y planificada (ejercicio físico) es el mejor acelerador del metabolismo.
“La actividad física aumenta el consumo de energía o de calorías. Por tanto, si una persona necesita perder grasa corporal, además de una alimentación saludable, es necesario implementar actividad física y ejercicio físico, para aumentar el gasto y que haya mayor déficit calórico, o balance negativo para consumir las calorías acumuladas en forma de grasa”, detalla.

El catabolismo y el anabolismo
Estos dos procesos, catabolismo y anabolismo, constituyen el metabolismo. Por tanto, no es verdad que el único responsable del efecto de los alimentos es el metabolismo.
“Por ejemplo, si una persona ingiere a lo largo de día, y de modo sostenido, más calorías de las que gasta en el anabolismo y en sus funciones vitales y con la actividad física, acumulará las calorías en el organismo en forma de grasa. El exceso calórico se transforma en grasa”, dice.
¿Las personas engordan por culpa de su metabolismo?
El experto señala que sí existen enfermedades genéticas y trastornos de las hormonas, o enfermedades endocrinas, que influyen en la ganancia de peso y de grasa, pero se corresponden con un mínimo porcentaje de todos los casos de personas que tienen un exceso de grasa corporal, o que sufren obesidad.
La clave, en su opinión, está en una valoración médica para descartar enfermedades que influyan en esto y en realizar una valoración integral. “Muchas personas no ingieren tantísimas calorías al día, pero si al final del día el balance es positivo de calorías, y esto se repite a lo largo de los días, este exceso de calorías no se gasta y se manifiesta como grasa corporal”, detalla.
Por eso la clave está en analizar cuánto se gasta y cómo es el balance final. “Si una persona hace ejercicio físico en 3 sesiones de 45 minutos a la semana, pero el resto de su vida es sedentaria (usa el auto, no sube escaleras, trabaja sentada) el balance final probablemente será de ganancia de calorías. De ahí la importancia de la actividad física diaria, además del ejercicio físico programado y planificado”, concluye.