Hay una conducta que llamó la atención a los médicos y hasta colegas de obstetricia que compartieron las horas laborales con Brenda Agüero: era la que avisaba. Al menos eso está acreditado en cuatro partos.
U.M. El primero que lo consigna es el caso ocurrido el 18 de marzo. La neonatóloga C. cuenta que a las 10 de la mañana valoró a la beba recién nacida: estaba en buenas condiciones de salud, le indicó a la enfermera de neonatología que se la pasara a la mamá, que estaba en la cama 5 de preparto, porque en recuperación no había lugar. Constata que la beba se prendió al pecho sin problemas.
”El bebé queda al cuidado de su madre y es controlada por la enfermera Brenda Agüero”, cuenta. “A las 10.30 me acerco a ver a la beba y la encuentro en brazos de Brenda para calmarla, ya que lloraba; a las 11, aproximadamente, Agüero nos avisa que no nota un buen color en la recién nacida”, relata. Efectivamente, acudieron tres médicas y corroboraron que la beba presentaba cianosis, hipotonía generalizada y apnea.
Urgente le colocaron saturómetro de pulso y le constataron paro cardíaco con desaturación, le colocaron tubo endrotraqueal y le hicieron maniobras de RCP avanzada. Recuperó color y frecuencia cardíaca y quedó en la unidad de terapia intensiva (UTI) con compromiso neurológico. Esa beba fue dada de alta a los cuatro días.
I.G. Lo mismo ocurre con una beba nacida el 26 de abril a las 6.35, que quedó con su mamá en la cama 2 de recuperación. “A las 9 llama la enfermera Agüero porque la beba presentaba cianosis peribucal”, cuenta la neonatóloga C. Dijo que la encontró en la cuna y la llevó a neo para mejor observación y monitoreo.
Advirtió que temblaban piernas y brazos, le hizo el test de glucosa pensando en una posible hipoglucemia, que dio normal (87 Mg/dl). Como persistieron temblores y taquicardia, pidió lugar en UTI neonatal y la doctora T. la examinó y advirtió que tenía un pinchazo atrás de la piernita izquierda, pese a que la vitamina K había sido coloca en la parte de adelante. “Lesión sangrante y punzante con signo de flogosis”, dice el informe. Esa beba se recuperó y se fue de alta a los ocho días.
G.B. Algo parecido sucedió con un varoncito que nació el 1 de mayo. La enfermera M.T. relató que Brenda estaba atendiendo a la mamá puérpera, la única en recuperación ese domingo, pero advirtió una mancha de sangre en el recién nacido y lo desvistió, por lo que llamó a M.T. para que fuera a ver. La enfermera conto que se puso los lentes y vio el sangrado en miembros inferiores. “Sentí que esto no podía estar pasando”, relató.
La neonatóloga L. lo revisó, confirmó “dos lesiones punzantes en muslo derecho, una en cara anterior y otra en cara interna, sangrantes, con halo erimatoso y con signos de flogosis, encontrándose la lesión por vitamina K en el muslo izquierdo, de características habituales”.
La médica declaró que revisó personalmente incubadoras, sábanas, nidos, cunas, ropa del bebé y que avisó a sus superiores, la coordinadora de guardia pasiva. “A raíz de este niño, en medio de otros casos, decido hacer pasar a las familias de las mujeres a acompañarlas en el resto de la guardia”, declara. Ese bebé se recuperó y se fue de alta a los ocho días.
Angeline. El cuarto parto en el que la enfermera advirtio que el recién nacido tenía dificultades fue el de Yoselin Rojas, cuya beba Angeline presenta bradicardia a las dos horas de vida, cuando estaba aún en el Centro Obstétrico.
En la investigación interna que hizo el Neonatal, la propia Brenda declaró que para atender a la mamá, le retiró la beba que tenía en brazos y se la dió al padre, que estaba muy emocionado. Higienizó a la mamá y cuando fue a entregar de nuevo el niño a la mamá, lo vió pálido y salió corriendo para la sala de partos. Esta semana, en su declaración ante el fiscal relató lo mismo. Confirmar que eran sólo tres personas en la sala de partos (los padres, la beba y la enfermera) es, desde la mirada judicial, casi incriminatorio.
La doctora S. también declaró que la vio salir corriendo hacia el fondo y le gritó que la llevara a la sala de partos 1, que estaba más cerca para asistir a la niña. Esta beba ingresó a UTI con hiperpotasemia 7,07 mEq/l y 12,01 y acidosis metabólica severa. Falleció a las seis horas de vida.
Fue en este parto que una de las neonatólogas la escuchó decir a Brenda: “¿Vieron que ustedes los médicos no se las saben a todas?” Esa beba murió y esa médica se quedó con eso, que no las sabía a todas. Jamás se le cruzó qué era lo que no sabía.
