No son pocas las consideraciones que pueden efectuarse a pocas horas de conocer el veredicto de uno de los juicios más resonantes de todo 2024. El exfuncionario condenado a prisión perpetua, seguramente “irá en casación” ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) para discutir una sentencia que lo castigó de la peor forma imaginable.
Los abogados defensores, Carlos Hairabedian y Sebastián Becerra, más allá de que sostengan el clásico “esperaremos los fundamentos”, ya anticiparon que recurrirán la decisión del jurado popular e irán en casación ante el TSJ.
Como si fuera su carta salvadora, Hairabedian repetía durante el almuerzo “postsentencia” una y otra vez que la decisión “por mayoría”, era cerrada: “Seis a cuatro, seis a cuatro”.
Siempre es importante “algún” voto en disidencia para apoyar mejor el recurso y sus argumentos, haciéndose de la lógica de quien votó en contra (a favor del recurrente) y luego agregar algún otro agravio que la defensa considere oportuno. En este caso, serán dos vocales técnicos -Leandro Quijada y Ángeles Palacio de Arato- quienes fundarán la postura de la minoría, con elementos técnico-jurídicos que se asimilan a la lógica de razonamiento de los hombres de leyes, y del TSJ.
Del otro lado, deberían reproducirse los fundamentos de las mujeres y los hombres de la calle, que para algo han sido incluidos por su mirada de ciudadanos de a pie. Si bien hay quienes se espantan porque algunos datos de las deliberaciones se filtran, se sabe que “este” jurado popular tuvo algunos análisis de alto vuelo.
Si lo que se pretende es que un jurado popular pese sobre las decisiones de delitos aberrantes, como cuando se gestó la ley respectiva hace 20 años, no debería despreciarse esa lógica, esa mirada sobre los temas que preocupan a la sociedad. En definitiva, son los ciudadanos los que (también) sufren los delitos y a quienes se pretende dar participación sobre las decisiones de la Justicia.
Será un prolongado tiempo -acaso dos años o más- durante el cual Diego Concha seguirá detenido con sentencia de prisión perpetua y “su” esperanza de que el TSJ aplique una mirada distinta.
Los argumentos jurídicos y la mirada de la gente de a pie, se ubicarán en uno y otro platillo de la balanza de la señora Justicia. Encima, el fiel debe inclinarse hacia un lado u otro en un tema tan delicado como vincular causalmente una muerte con un abuso sexual.
