Muchas veces escuchamos decir que la danza es la expresión del alma. Para José Rodríguez, el baile es sinónimo de felicidad.
Desde hace 31 años, el hombre le dedica la mayor parte de su tiempo a esta pasión. A través de la danza descubrió una forma de ayudar a los jóvenes que transitan alguna dificultad.
En diálogo con La Voz, José expresó que su propósito es incentivar a los más chicos con el estudio, sacarlos de la calle y ayudarlos socialmente.
“A nivel social, la danza te salva de muchas cosas. A los jóvenes, de las calles y de las adicciones; a los adultos mayores les da compañía y felicidad”, reflexionó el hombre.
José Rodríguez: una vida dedicada a ayudar mediante la danza
El profesor, oriundo de Villa El Libertador, emprendió una vida dedicada a la danza y al folklore. “Mis alumnos son como mis hijos, doy la vida por ellos” afirmó.
Si bien tiene otro trabajo privado, no se mantiene con la danza pero “vive para la danza”.
“Motivar a los chicos para que siempre aspiren a más me llena el corazón”, recalcó Rodríguez. Y añadió: “En Río Primero también tenemos un taller donde asisten personas con discapacidad. Mediante el baile motivás a muchas personas y les demostrás todo lo que pueden hacer”.
En la pandemia de Covid-19, José tuvo que readaptarse, como tantas otras personas. Para seguir con los chicos realizó un programa de radio: La forestal de la danza, por la emisora web de Poné La Pava.
“Un programa de bailarines para bailarines”, detalló el “profe”. En el programa cubren eventos, hacen entrevistas y tienen invitados.
Al ver el impacto que tuvo en la comunidad ese ciclo radial decidió continuarlo.
La forestal de la danza: un espacio de encuentro
El espacio folklórico de La forestal de la danza se transformó en un lugar de encuentro, donde por medio de mates, de charlas y de criollos la familia acompaña a los jóvenes en su pasión artística.
“Hay chicos que hace 30 años que están conmigo. Más que una academia es una gran familia, llegué a tener hasta cuatro generaciones en la academia”, destacó.
Respecto al baile, enfatizó que “no está valorizado”, ya que en todo festival, ya sea solidario o no, la danza es lo que le da “color” al evento y no lo saben ver.
Junto a la Asociación “Pone La Pava” dictan talleres de costura, de herrería y de electricidad para incentivar e insertar a los jóvenes en el mundo laboral.
“Nuestro sueño es llegar algún día a tener un salón propio a puertas abiertas para todos los jóvenes”, concluyó Rodríguez.
Cómo ayudarnos a encontrar Héroes y Heroínas Cotidianos
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