El fallecimiento en Villa María de una joven de 25 años, que padecía un avanzado tumor cerebral, quedó atravesado por la problemática de la demora en el envío de medicación oncológica de alto costo de parte de la Nación.
Aunque en este caso, de acuerdo a lo que relataron su madre y una directiva del Hospital Pasteur, donde fue tratada, surgen otros elementos que también pueden haber influido en el lamentable desenlace.
Más noticias de Villa María y Villa Nueva
La primera consulta médica que hizo Camila Giménez fue el 24 de octubre de 2023, cuando acudió a la guardia del Hospital Pasteur por fuertes dolores de cabeza, contó a La Voz su madre, María del Carmen.
En ese momento, según recordó, un profesional de neurología le recetó medicación y expidió una orden para que se hiciera una tomografía.
“El aparato del hospital estaba roto. La debían derivar a una clínica, pero como estaban de asamblea (los trabajadores del Hospital), no podían firmar la orden”, rememoró la madre de la joven. “Y así fue transcurriendo”, agregó, sin que le hicieran el estudio que hubiera revelado en ese momento lo que padecía la joven.
Recién el 6 de enero de 2024 pudo volver a tener una atención de mayor complejidad. “Cuando la llevé estaba como si fuera un papel. Se caía y se desvanecía. No soportaba el dolor de cabeza. No tenía fuerzas ni para sentarse en la camilla”, relató la madre.
En ese momento le practicaron una tomografía y recién allí confirmaron que se le había desarrollado un tumor que, por sus características y tamaño, resultaba muy agresivo y de difícil tratamiento.
De acuerdo a estudios exhibidos por la mujer, se trataba de un glioblastoma multiforme que, por su tamaño (de cuatro por siete centímetros), no podía ser reseccionado por completo. Se indica radioterapia y quimioterapia.
La palabra del hospital
La actual directora del Hospital Regional Pasteur, Liliana Abraham, relató ante la consulta de La Voz que los primeros días de enero recibió a María, la madre de Camila, en un momento en el que la joven se encontraba internada en terapia intensiva.
La mujer solicitaba un traslado a otro hospital de la ciudad de Córdoba, pero desde el Pasteur evaluaron a la paciente y consideraron que no era conveniente por su estado de salud.
Además, confiando en el equipo de neurocirugía local, se sugirió realizar la operación en el mismo hospital villamariense. Desde el centro de salud indicaron que la familia accedió. El 11 de enero fue operada y a finales del mismo mes le dieron el alta.
“Estuvimos varias veces reunidos con ellos, y luego de la operación volvieron para agradecernos”, completó la directora.
Explicó que una vez dada de alta la paciente se confeccionó el expediente y se hizo la petición a la Nación para el envío de la medicación de alto costo.
Cuando Abraham asumió la gestión, el 22 de diciembre, ya se venía produciendo un retraso en la entrega de la medicación para pacientes oncológicos por parte de la Nación.
Entre el envío del expediente y el fallecimiento de la joven transcurrieron 45 días, en los no alcanzó a llegar lo solicitado.
Solamente pudo ingerir una pastilla de Temozolamida de 250 miligramos, que le suministró uno de los especialistas que la atendió en el Pasteur.
“Es una falta de respeto que no manden medicamentos a una persona oncológica”, sigue reclamando la madre de Camila. Valoró la atención recibida en el hospital provincial, tanto en el internado como en la terapia y en oncología, aunque cuestionó la atención en la guardia en el mes de octubre.
“El oncólogo nos consiguió esos medicamentos, pero ya era demasiado tarde. El tumor volvió a avanzar”, comentó apenada la mujer.
