Dos mujeres que llegaron a Río Cuarto para dar a luz a sus hijos en momentos disímiles y en condiciones sospechosas. Falsos padres y una trama inconclusa. La historia que se inscribe como delictiva y aún con aristas por develar sumó otro capítulo.
La Sala B de la Cámara de Apelaciones de Córdoba confirmó –por mayoría– los procesamientos de Gustavo Gastón González y su pareja, Jésica Leonela Basiglio (no están con prisión preventiva), por presunta supresión de identidad de dos niños menores de edad y falsedad ideológica (en el caso del hombre), dispuestos por el juez Carlos Ochoa en marzo de 2021. La Voz intentó, sin éxito, localizar a los acusados.
La denuncia y las redes
La trama se remonta varios años atrás. El 15 de noviembre de 2016, una mujer –que decidió mantener el anonimato– se presentó en el Juzgado Federal de Río Cuarto y denunció una serie de hechos que terminaron apuntando a Basiglio.
Mencionó que la mujer, con quien tenía una relación cercana, en varias oportunidades le había comentado que ella tenía un grupo de Facebook o de WhatsApp que se llamaba “Te doy mi hijo” o “Me das el tuyo”, “en el que se hacían entregas de bebés”.
La denunciante la acusó de haberse quedado con un bebé, que al momento de la denuncia tenía dos años. Mencionó que Basiglio le había manifestado que había entregado otros bebés a amigas y a una cuñada, y que, incluso, una joven de Paraguay llegaría a Río Cuarto para dar a su hijo recién nacido.
De las investigaciones del entonces fiscal a cargo, Guillermo Lega, se desprendió que Basiglio y González habrían encabezado actividades vinculadas a la trata de personas mediante el aprovechamiento del estado de vulnerabilidad de las madres de los bebés, “con la finalidad de quedarse con los niños para una apropiación ilegal”.
Al ampliar la acusación, en 2017, los imputó por presunta supresión de identidad de una nena y un varón (de distintas madres biológicas). González, a su vez, fue acusado de falsificación de las actas de nacimiento y del DNI de los pequeños.
En ese momento, también fueron imputadas la madre biológica de la nena, residente en Misiones, por su supuesta participación en los hechos en los que se encontraba involucrada como víctima su hija, y una segunda mujer, de Buenos Aires, madre del varón.
Ambas habrían ejercido (o seguirían ejerciendo) la prostitución y viajaron a Río Cuarto en diciembre de 2014 y en noviembre de 2016, respectivamente, para dar a luz, entregar a sus hijos a González y volver a sus lugares de residencia, lo que tornó dudosa la situación. Sin embargo, finalmente fueron sobreseídas.
ADN negativo
Los vecinos de González y de Basiglio comenzaron a sospechar que los niños no eran sus hijos biológicos. Esto se confirmó cuando al practicársele el ADN a González en 2018, se descartó su paternidad. Sospechosamente y en compañía de las madres, ya los habían inscripto en el Registro Civil.
La madre biológica de la nena manifestó que había mantenido una relación de concubinato durante seis meses con González. Sin embargo, para el juez Ochoa, la mujer no brindó detalles que hicieran verosímil un vínculo afectivo auténtico con el imputado, mayormente por la falta de certidumbre en las fechas en las que habría sostenido el vínculo.
González afirmó que había mantenido una relación sentimental con ella y que había anotado a la niña en el convencimiento de que era su padre biológico, versión que fue sostenida también por Basiglio. Tras regresar de Río Cuarto a Misiones, la madre biológica habría seguido en contacto con la pequeña, a pesar de la distancia.
Una coincidencia
La situación fue disímil respecto a la madre del nene. Los investigadores no lograron localizarla para indagar su rol en la historia. Tras tener a su hijo en Río Cuarto, el 16 de noviembre de 2016, una semana más tarde, viajó a Buenos Aires. González manifestó que también estaba convencido de la paternidad del pequeño, pero que, al igual que en el primer caso, no había convivido con ella.
Llamativamente, tras dar a luz, la madre biológica del varón habría seguido la cuenta de Facebook de Basiglio (en las que figuraban fotos del niño), como así también habría continuado en comunicación con la imputada.
Basiglio también aparece mencionada en otra causa similar, aunque actualmente no pesa sobre ella ninguna imputación. En ese expediente, el juez mencionó un dato curioso: la transferencia de mil pesos a una mujer cuya hija habría entregado su bebé a un matrimonio. No está claro todavía cuál habría sido el motivo de la transferencia.
El magistrado, asimismo, levantó un manto de suspicacia sobre un vehículo de Basiglio, cuya obtención no sería compatible con sus condiciones de vida.
Lo que dijo la Cámara
En su voto, la camarista Liliana Navarro se pronunció por la revocación de los procesamientos. Consideró que no había elementos suficientes para tener por probable el dolo, como así tampoco para desvirtuar esa posibilidad, por lo que debía dictarse la falta de mérito para ahondar en la investigación.
Advirtió que no se había establecido la “circulación habitual” de embarazadas en la casa de Basiglio, ni llamados que hicieran sospechar de la entrega de bebés a cambio de dinero.
Remarcó además que no se pudo corroborar la existencia del grupo de Facebook o de WhatsApp, a lo que sumó la imposibilidad de dar con el paradero de la madre del varón, con lo cual la única versión de los hechos –contrapuesta a la acusación– era la de González.
No obstante, el camarista Abel Sánchez Torres consideró que sí existen razones suficientes para sostener la presunción delictiva de la pareja.
“Indicio serio del actuar deliberado de los imputados, que además torna en parte verosímil la denuncia (…), resulta la circunstancia comprobada”, según dijo, de que las dos madres biológicas viajaron a Río Cuarto “en avanzado estado de gravidez, con el presunto y único objeto de dar a luz a sus hijos, pues, luego de nacidos, los habrían dejado en manos de González y de Basiglio, previo a inscribirlos junto con González –como padre biológico–”.
“Si bien es cierto que en la investigación preliminar (…) no se pudo determinar fehacientemente la circulación habitual de mujeres en marcado estado de gravidez, como así tampoco la venta de bebés, no es menos cierto que se detectó, tal cual lo detallado en la denuncia, que una mujer (…) oriunda de Paraguay –como lo expresó la declarante– tuvo a su hijo el 16 de noviembre de 2016, regresando en fecha inmediata posterior presuntamente a la ciudad de Buenos Aires, pero dejando a su descendencia en casa de los imputados, quienes finalmente lo tomaron a su cargo”, indicó.
El vocal descreyó de la versión de González sobre que estaba seguro de que era el padre biológico porque así se lo dijeron las madres. “La posición exculpatoria de González, en cuanto afirmó estar convencido de su paternidad, como así también la de su pareja Basiglio –quien aseveró haber actuado con la certidumbre de que resultaba el padre biológico– resulta desvirtuada por la prueba y por la ausencia de elementos independientes a sus dichos que permitan corroborar esta circunstancia”, agregó.
Sostuvo que las madres biológicas se habrían dedicado a la prostitución, lo que no desconocían González y Basiglio, “lo cual torna cuanto menos poco creíble su presunta certeza de haber actuado con la convicción de ser el padre biológico”.
Sánchez Torres ponderó que no está probado que González hubiera mantenido ninguna relación sentimental con las madres. Finalmente, la camarista Graciela Montesi compartió los fundamentos de Sánchez Torres y confirmaron los procesamientos.
Los niños aún conservan las mismas partidas de nacimiento, y González sigue legalmente inscripto como su padre. El juez deberá resolver si ordena la rectificación y anulación.
Actualmente, los chicos residen con los imputados y están bien cuidados.
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