¿Qué significa “voluntariado”? Según el diccionario de Oxford, voluntariado es un conjunto de personas que se unen libre y desinteresadamente a un grupo para trabajar con fines benéficos o altruistas. La Real Academia Española lo describe como un conjunto de interés general desarrolladas con carácter libre y solidario por personas físicas, sin contraprestación económica o material, a través de ciertas entidades conforme a programas concretos. Para Ezequiel Rodríguez Padilla, “voluntariado” es “la posibilidad de generar un impacto de una manera simple e inmediata: conectando con personas”.
Rodríguez Padilla es un ingeniero industrial que en 2007, y con tan solo 21 años, se convirtió en el fundador de Huellas, una ONG que ofrece a niños, jóvenes y adultos la posibilidad de hacer algo por un tercero.
El joven ingeniero conoce la importancia de poner al voluntariado en la misma línea que el beneficiado. En Huellas todos son capaces de colaborar con quien lo necesita, incluso aquellos que también son ayudados por alguien más.
“Siempre se pone en un rol más pasivo a la gente mayor que se encuentra en residencias o a los niños de los comedores y hogares, lo que hacemos es darles un rol más activo en la sociedad. Demostrar que ellos también pueden hacer algo”, dijo a La Voz.
Con esto en mente, ideó la peculiar manera en la que funciona su ONG. En Huellas no sólo ayudan los voluntarios. Los niños de los hogares van a las residencias geriátricas y sienten y viven la experiencia de ayudar a alguien, con juegos, con canciones, con regalar su tiempo. Luego son esos adultos mayores los que ayudan y colaboran en la creación de juegos o en la planeación de los festejos del Día del Niño.
De familia de voluntarios, Ezequiel mamó el ayudar desde muy pequeño. Desde que era un niño de 13 años ayuda desinteresadamente a otros. “Me di cuenta de los beneficios en mi propia vida. Me ayudó mucho con mi timidez y al mismo tiempo veía cómo se ayudaba a otras personas”, contó.
Para él ser voluntario no es tan fácil como ir a una residencia geriátrica o a un comedor de chicos: “hay que pasar distintas barreras, asumir distintos compromisos”.
Entre esos compromisos asumidos por Ezequiel, está el de la inclusión. Él está convencido de que “todas las personas experimentamos un instante puro de felicidad en el simple acto de dar y servir a un tercero”. Por este motivo quiere y sueña con que todos puedan formar parte de esta experiencia.
Desde Huellas, planteó el proyecto de que la gente sorda también pueda ser integrante de la ONG. Para esto, está enseñando y capacitando tanto a los voluntarios como a los beneficiados en lenguaje de señas. ”La esencia de Huellas es invitar a otro a que viva la experiencia de ayudar”, afirmó Ezequiel.
Su idea es que una persona sorda tenga la oportunidad de ayudar a otro y encontrar este momento de felicidad plena.
Los voluntarios y los beneficiados ya saben el abecedario, sus nombres, los números y aprendieron a decir frases, por ejemplo, “te invitamos a compartir con nosotros”.
“Nos dimos cuenta de que había que adaptar muy poco para poder incluir a una persona sorda”, detalló el joven. Es que en los voluntariados se juega, se canta, se hacen manualidades. Al bingo inclusivo, por ejemplo, lo están adaptando los adultos de las residencias geriátricas en donde se pintan fichas que poseen de un lado el número y del otro la seña del mismo.
Ezequiel vio crecer su sueño y Huellas ha visitado al menos 8.000 personas en situación de vulnerabilidad en 9 ciudades diferentes de Argentina como son Córdoba, La Plata, Buenos Aires, Quilmes, San Isidro, Pilar, Mar del Plata, Mendoza y San Juan. El año que viene su plan es seguir expandiéndose e ir con la ONG a Chile, Uruguay, Tucumán y Salta. En los últimos 365 días participaron 750 voluntarios y desde que abrieron tuvieron más de 2 mil.
El fundador de Huellas entendió la importancia de que todos, tanto los voluntarios como los beneficiarios, se conviertan en grandes actores sociales, realizando pequeños proyectos de servicio destinados a terceros que lo necesitan. Porque, al fin y al cabo, lo más importante es el impacto de demostrar que no hace falta dar más que tiempo para hacer feliz y cambiarle la vida a las personas, para dejar su huella.
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