Córdoba no deja de estremecerse con sus historias de espanto. En la Capital, continúa la búsqueda de los restos de Anahí Bulnes quien habría sido asesinada, según la Justicia, por un cliente en el marco de una relación sexual paga. Un hombre, Santiago Campos Matos, está acusado por femicidio.
En La Carlota, localidad ubicada 264 kilómetros al sudeste de la ciudad de Córdoba, crece la conmoción por el crimen de Sofía Bravo, cuyo cuerpo fue hallado tirado a la vera de la ruta 4. Para la Justicia, la joven trans fue asesinada por un camionero que habría contratado sus servicios como trabajadora sexual.
El hombre fue apresado en Corrientes y quedó acusado también por femicidio.
Estos terribles episodios se agregan a una serie de dramáticos casos que han marcado a Córdoba en los últimos 20 años. Muchos de esos delitos han terminado en asesinatos.
Algunos salieron a la luz. Otros quedaron sumergidos en la oscuridad de la impunidad.
Sin embargo, todos se condensan en un mismo universo: el trabajo sexual y aquellas vidas vulnerables que han terminado siendo víctimas del peor costado de la violencia machista. Muchos de estos sucesos tuvieron el mismo denominador común: mujeres que ejercían la prostitución, fueron asesinadas y sus cuerpos descartados.
Los casos de trabajadoras sexuales asesinadas que estremecieron a Córdoba
En el marco de la causa por Anahí Bulnes, fueron centrales los datos aportados por mujeres miembros de Ammar, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina filial Córdoba.
Es que mientras los investigadores policiales y judiciales buscaban sin éxito datos sobre su paradero, fueron trabajadoras sexuales quienes dieron información que terminó guiando a los detectives al departamento del principal y único sospechoso. En ese departamento se encontró la sangre de Anahí.
Según la hipótesis de la Justicia, la joven mujer habría sido asesinada en el marco de un encuentro sexual con Campos Matos, mientras ella ejercía la prostitución.
Anahí y un paralelismo con el asesinato de Andrea Rosa Machado
Este espanto hace recordar a Andrea Rosa Machado, aquella trabajadora sexual que fue asesinada por un cliente hace casi 20 años. Fue entre la noche del 21 y la madrugada del 22 de abril de 2003.
En aquel drama, también fueron sus compañeras meretrices de la zona del barrio El Tropezón, quienes aportaron datos clave sobre el hombre que se la había llevado. Hicieron un identikit y hasta señalaron el auto.
La Policía investigó en serio y llegó tarde: el cuerpo de la mujer fue hallado bajo el piso de la habitación del criminal.
Carlos “el Pelado” García terminó siendo condenado a 17 años de cárcel. La sentencia fue dictada por la Cámara 7ª del Crimen en un segundo juicio, ya que el primero había sido anulado por el Tribunal Superior de Justicia.
Otros tres crímenes contra trabajadoras sexuales cometidos en Córdoba
Francesca era una mujer trans. Tenía 63 años cuando la encontraron asesinada. Su cuerpo estaba atado de pies y de manos en un domicilio de barrio Parque Liceo 1ª Sección, en la ciudad de Córdoba. El crimen ocurrió en septiembre de 2020. Nunca fue resuelto.
La hipótesis es que la mujer habría llevado a un cliente sexual a su domicilio. Allí, junto a otro desconocido, la habrían asesinado para robarle. Franchesca murió por insuficiencia cardiorrespiratoria.
En 2017, Córdoba se vio sacudida por otra cruel historia de una trabajadora sexual asesinada.
Era Azul Montoro. La joven trans fue hallada asesinada el 17 de octubre de 2017 en un departamento de calle Rincón al 141, en el Centro de Córdoba. El asesino no se atrevió a matar al perro de la víctima.
La saña criminal y el caso en sí enlutó a Córdoba y en especial a la comunidad LGTB+.
En este crimen, las compañeras de Azul también fueron clave para el esclarecimiento: ellas contactaron por celular al asesino y avisaron a la Policía.
Fabián Casiva fue atrapado, juzgado y condenado a perpetua. El crimen de Azul fue emblemático: por primera vez en la Argentina se tomó como femicidio el asesinato de una mujer trans a manos de la violencia machista.
Varios, sin embargo, son los casos de trabajadoras sexuales que quedaron sumergidos en la impunidad.
A principios de la década de 2000, una trabajadora sexual, con varios hijos a cargo, fue asesinada en un baldío próximo a la sede del Apross, antes llamado Ipam, en La Cañada. Su caso nunca fue resuelto.
Otro de caso impune es el de Laura Moyano, una chica trans de 35 años que a la mañana iba a limpiar casas de familia y a la noche era trabajadora sexual de la zona de la Donato Álvarez en la ciudad de Córdoba. En la madrugada del 25 de julio de 2015 fue asesinada a 15 cuadras de su casa, en Villa Allende Parque. El o los asesinos le dieron una fuerte golpiza en el rostro (probablemente con una piedra) y una compresión en el cuello que le quitó la vida. Sus allegados continúan reclamando justicia.
No todos fueron crímenes. En todos estos años hubo graves ataques contra trabajadoras sexuales que sobrevivieron con lo justo para contarla. Aunque muchos de esos casos, tampoco fueron esclarecidos.
