La ciudad de Córdoba celebra este 6 de julio sus 452 años de historia. Fundada en 1573 por Jerónimo Luis de Cabrera, quien la bautizó “Córdoba de la Nueva Andalucía” en honor a la tierra de los antepasados de su esposa, la ciudad creció, cambió y se transformó.
A más de cuatro siglos, el nombre Jerónimo no sólo sigue vigente: se resignifica en decenas de niños y adolescentes que lo llevan con orgullo y construyen a diario su propia identidad como cordobeses.
Hoy, más de 30 menores de 18 años llamados Jerónimo son socios activos de los principales clubes locales. Lejos de haber quedado en el pasado, el nombre mantiene una fuerza simbólica y cultural. En este contexto, con la colaboración de distintas instituciones deportivas de Córdoba, se realizaron entrevistas a chicos de la Generación Z y de la Generación Alpha –los nacidos a partir del año 2010–, para conocer cómo imaginan el futuro de la ciudad.
En sus palabras aparece una mirada compartida: el cuidado del medio ambiente, la necesidad de más seguridad, el valor de la cultura, el amor por el deporte y el deseo de una ciudad más equitativa.
Una elección con historia y proyección
Natalia, mamá de un Jerónimo de apenas 1 año y socio de Instituto Atlético Central Córdoba, contó cómo eligieron el nombre: “Nos gustaba, pero también sabíamos que Jerónimo Luis de Cabrera fue el fundador de la ciudad y que San Jerónimo es el patrono. Lo decidimos con J porque es como lo escribe la mayoría en Córdoba: la calle San Jerónimo, el fundador, el santo. Todo eso influyó”. Incluso, durante el embarazo investigaron la historia del santo en el museo.

Al pensar en la Córdoba del futuro, expresó: “Me imagino un Jero adolescente que pueda usar el transporte público para moverse, que camine la ciudad, que la conozca, que la sienta propia. Una Córdoba limpia, integrada, con más propuestas culturales, que conserve la UNC y que siga teniendo clubes como Instituto”. Cerró con un deseo familiar: “Nos gustaría que La Gloria gane la Libertadores y que Jero pueda festejarlo con toda la familia gloriosa”.
Ciudad verde, segura y conectada
Jerónimo Ledesma Padilla tiene 18 años, estudia traducción de inglés, es hincha de River y juega al básquet. Se imagina una ciudad “que va a seguir avanzando en rutas y obras”, y valora de Córdoba que, sin ser Buenos Aires, tiene “cosas de provincia desarrollada”.

Entre los lugares que considera imperdibles para visitantes, eligió el shopping de Villa Cabrera. Y sobre el futuro, fue claro: “Que haya más bandas, más equipos de fútbol que vengan seguido. Pero lo más importante es la seguridad y la limpieza”.
Su tocayo más pequeño, Jerónimo Ledesma Bustos Fierro, de 9 años, alumno del colegio Inmaculada, hincha de Belgrano y jugador de fútbol en Fanáticos del Fútbol, expresó con ternura sus deseos: “A mí Córdoba siempre me gustó así. Me gusta la plaza de mi barrio, Alto Alberdi. Si viene alguien, le mostraría las canchas. Y si no sabe hablar en cordobés, le enseñaría”, dijo, entre risas.
También fue muy enfático en su mirada ambiental: “No tirar basura para cuidar el medio ambiente, no ensuciar los ríos, cuidar la naturaleza que es muy rica. Si yo fuera Jerónimo Luis de Cabrera, pondría más árboles”.
En tanto, Jerónimo Cuella Manzotti, de 15 años, estudiante del colegio San José y arquero de las inferiores de General Paz Juniors, también destacó el entorno natural.
“Lo que más me gusta de Córdoba es la naturaleza. En el futuro me gustaría que siga cuidándose bien el ambiente, o incluso un poco más”. De todos los lugares posibles, él mostraría el centro de la ciudad a quien la visite por primera vez.
Al imaginarse como el fundador, pensó en una Córdoba más justa: “Intentaría que haya menos pobreza, menos inflación y más seguridad”.
Jerónimo Tolosa, también de 15 años y jugador e hincha de Instituto, sueña con una Córdoba con mayor protagonismo nacional e internacional. “Me imagino una ciudad importante, reconocida mundialmente, donde los jugadores locales sean valorados a nivel nacional y mundial, como ocurre con Buenos Aires”.
Añadió que desea una ciudad “más tranquila, con menos peligro en las calles”, y priorizó el acceso a espacios verdes: “Que haya más parques, que se planten más árboles, que se haga algo con las villas o los barrios carenciados”.
Como los demás entrevistados, señaló que cuidar el ambiente es clave: “Tomar conciencia de la limpieza y que cada ciudadano pueda hacer su parte”.
Una mirada que interpela al presente
A lo largo de todas las entrevistas, se destacó una tendencia clara: niños y adolescentes expresaron una sensibilidad profunda hacia el cuidado ambiental y el deseo de una ciudad más segura y equitativa.
Estas generaciones, criadas en un contexto de cambio climático y transformaciones sociales, traen consigo una visión que combina tecnología, inclusión y sustentabilidad.
Además, el nombre Jerónimo –a 452 años de la fundación de la ciudad– no sólo sigue vigente, sino que es elegido por familias cordobesas que ven en él un vínculo con la identidad local, pero también con valores de continuidad, historia y arraigo.
Mientras Córdoba celebra un nuevo aniversario, son estos Jerónimos del futuro quienes proyectan los sueños de una ciudad mejor: más verde, más inclusiva, con cultura, deporte, árboles y respeto por la naturaleza. Un legado que se transforma y se renueva con cada nueva generación.