La cámara digital más grande jamás construida lanzó el lunes sus primeras imágenes deslumbrantes del universo, incluyendo nebulosas coloridas, estrellas y galaxias.
El Observatorio Vera C. Rubin, ubicado en la cima de una montaña en Chile, fue construido para observar más profundamente el cielo nocturno, cubriendo rincones ocultos.
Financiado por la Fundación Nacional de Ciencias y el Departamento de Energía de Estados Unidos, estudiará el cielo del sur durante los próximos 10 años.

La primera mirada del observatorio presenta las vibrantes nebulosas Trífida y Laguna, ubicadas a miles de años luz de la Tierra. Un año luz equivale a casi seis billones de millas. También se capturó un grupo de galaxias conocido como el Cúmulo de Virgo, incluyendo dos espirales azules brillantes.
El observatorio espera capturar imágenes de 20.000 millones de galaxias y descubrir nuevos asteroides y otros objetos celestiales.

El esfuerzo lleva el nombre de la astrónoma Vera Rubin, quien ofreció la primera evidencia de que una fuerza misteriosa llamada materia oscura podría estar acechando en el universo.
Los investigadores esperan que la cámara perspicaz del observatorio pueda proporcionar pistas sobre esta entidad esquiva junto con otra llamada energía oscura.
Un proyecto con participación de científicos de la UNC
La característica más destacada del Observatorio Vera Rubin es, sin duda, su cámara fotográfica, la más grande del mundo.
Con el tamaño de una camioneta y una resolución impresionante de 3.200 megapíxeles –muy superior a los 48 megapíxeles de un celular de última generación–, esta cámara está diseñada para una misión sin precedentes.
Acoplada a un espejo de 8,4 metros de diámetro, el sistema es capaz de escanear todo el cielo del hemisferio sur cada tres o cuatro noches, realizando una captura cada 30 segundos.

Este monumental esfuerzo generará una cantidad de datos nunca antes vista: el equivalente a 20 terabytes de imágenes por noche.
Según Mariano Domínguez Romero, investigador del Conicet y la UNC, el observatorio “recolectará más datos que todos los telescopios de la historia” en solo un año.
Su objetivo es crear una “película tipo stop motion” del cielo, con casi 900 imágenes de cada lugar revisitado durante al menos 10 años.
El rol clave de la Universidad Nacional de Córdoba
La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) juega un papel fundamental en este proyecto internacional, que congrega a más de 1.500 científicos de cerca de 30 países.
El grupo argentino, coordinado por Mariano Domínguez Romero del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental (Iate, UNC-Conicet), está compuesto por 60 investigadores e investigadoras, de los cuales 40 pertenecen a la UNC.

Estos profesionales han contribuido significativamente, desde el desarrollo de software para el telescopio y un instrumento auxiliar, hasta la automatización de operaciones críticas como la apertura y cierre del domo, el movimiento del telescopio y los cobertores de los espejos.
Carolina Villalón, astrónoma del Conicet e integrante del Iate, destaca la “magnitud del esfuerzo” y la coordinación requerida para este tipo de colaboración.
A cambio de su trabajo, la UNC y otras universidades participantes tendrán acceso directo a esta invaluable base de datos.
___________________________________
The Associated Press recibe apoyo para sus coberturas de salud y ciencia de parte del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes y la Robert Wood Johnson Foundation. La AP es la única responsable del contenido.
___________________________________
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.