El juicio oral por el femicidio de Cecilia Basladúa, ocurrido entre marzo y abril de 2020 en Capilla del Monte, registró este viernes un cambio abrupto. Lucas Bustos, único acusado y detenido por el asesinato, recuperó su libertad, aunque sigue imputado.
De algún modo, la variante parece anticipar la escasez de pruebas en su contra.
Tras dos semanas sin audiencias, suspendidas a la espera de los resultados de pericias encargadas sobre nuevos elementos de prueba, la Cámara en lo Criminal de Cruz del Eje retomó el juicio, pero sólo por una jornada.
Ahora, la próxima será recién el 1 de julio próximo.
La prueba que hizo que el proceso quedara suspendid0, era un colchón con sangre que apareció en una casa vecina al predio donde el cuerpo de Basaldúa fue hallado.
Según se conoció este viernes, del ADN de esas muestras de sangre no se pudieron extraer conclusiones a más de dos años del hecho, y de una muestra de pelos también hallada tampoco. Queda pendiente otro análisis más sofisticado, de ADN mitocondrial, cuyos resultados aún deben aguardarse.
En ese marco, la defensa de Bustos planteó el cese de la prisión preventiva del imputado, a la que se opuso el fiscal pero adhirió el representante de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, sumado como querellante en la causa.
La Cámara resolvió hacer lugar al pedido, y tras dos años en prisión, Bustos recuperó la libertad, con los condicionantes que le fijó el tribunal y con la aclaración de que mantiene la imputación en la causa.
En el juicio se viene discutiendo la validez de las pruebas reunidas para imputar a Bustos. Para la Fiscalía que investigó el caso, fue clave una confesión del acusado ante policías que lo interrogaron. Pero la defensa y hasta la familia querellante replican que esa confesión es inválida e irregular, denuncian que hubo apremios ilegales contra el imputado, y sostienen que no es el autor del crimen.
El caso, dos años atrás
Cecilia desapareció el 5 de abril de 2020 en Capilla del Monte, en los días en que se inició el aislamiento social y obligatorio decretado por la pandemia de coronavirus.
Era oriunda de Buenos Aires y estaba viajando por Córdoba como parte de un plan para escribir un libro con experiencias vividas en su recorrido por Latinoamérica.
Mario Gabriel Mainardi, quien la alojaba en su casa, avisó de su desaparición a la familia de Cecilia tres días después, el 8 de abril, y allí comenzó una búsqueda que recién culminó el 25 de abril cuando encontraron su cuerpo en una zona rural de Capilla del Monte, en un estado avanzado de descomposición.
El 2 de mayo pasado, luego de que se pospusiera en noviembre del año pasado, comenzó el juicio contra el único imputado por la causa, Lucas Adrián Bustos, un joven de la zona de 23 años en ese entonces, quien está acusado por abuso sexual con acceso carnal y homicidio doblemente agravado: por mediar violencia de género (femicidio) y por criminis causae (cuando se mata para buscar la impunidad). De ser encontrado culpable, la única pena prevista es la de prisión perpetua.
