El fin de semana de cuatro días que tuvo junio impulsó las ventas en las principales librerías del Centro cordobés. El dato pareció sorprender a muchos. Vecinos y turistas, además de pasear, aprovecharon para hacer compras, entre ellas, de libros de estudio y de ocio. Esto se da –comentan libreros– a raíz de que en otras provincias o localidades no se consiguen todos los títulos. En esos días de “finde” largo, hubo clientes que llevaron entre dos y cuatro libros en una sola compra.
Pero otro fenómeno que desde varias librerías cordobesas advierten es que cada vez son más los jóvenes que se acercan a los locales para adquirir libros.
“Hay un cambio en el consumo de los adultos, porque muchos dejaron de comprar libros por la baja del poder adquisitivo. Los que más compran últimamente son los jóvenes, que utilizan sus ahorros”, cuenta Alejandro, encargado de Cúspide Libros.
Con ese foco, dentro de las librerías hay cada vez más mesas preparadas para ese público joven, con autores que se inspiran en cautivarlos.
“La influencia del aumento en el consumo de literatura juvenil viene de la mano de las cuentas de TikTok y de Instagram, especialmente después de la pandemia”, destaca Agustina Cámara, docente y autora de Menta Granizada.
“Esas plataformas nuclean un grupo de usuarios lectores muy jóvenes, de entre 15 y 17 años, que empezaron a contar qué libros leían y se hicieron virales. Ahí los libros empezaron a tener mucha más fuerza que antes porque llegaron a gente que directamente no leía”, agrega.
Agustina, quien escribe literatura para público joven, cuenta que antes de que se popularicen los libros por TikTok no tenía una cuenta, y que ese contexto la llevó a crearse una.
“Este movimiento dentro de la red social se reflejó luego en la asistencia a la Feria del Libro de Buenos Aires, en abril y en mayo de este año. Según las cifras, fue la edición con más asistentes y la mayoría eran personas jóvenes, que fueron quienes los que vivieron la feria con más intensidad”, relata Agustina a La Voz.
Otra arista del fenómeno es que no solo los jóvenes compran más, sino que los adultos compran menos, a raíz de la situación económica del país.
Los libros, en un promedio muy general, tienen un costo de unos tres mil pesos. En el último tiempo, los adultos bajaron el consumo (al menos en cuanto a compras).
En cambio, se ven más jóvenes ahorrando para ese fin. “Muchos lectores míos me dijeron que, luego de tanto ahorrar, al fin pudieron comprar el libro; lo consideran un regalo que se hacen como gasto personal”, apunta la escritora cordobesa.
Del “e-book” al libro de papel
Los que ahora son adolescentes son parte de una generación que empezó a leer por Wattpad, una plataforma de lectura y escritura donde cualquiera puede ser creador y publicar relatos, a los que los usuarios pueden acceder de forma gratuita.
Quienes publican relatos en Wattpad tienen muchas probabilidades de que una editorial los descubra y tome su historia para publicarla.
Tal es el caso de Maximiliano Pizzicotti, quien comenzó a publicar sus historias en Wattpad con el sueño de ser escritor publicado. A través de esa plataforma, lo descubrió su actual editorial: V&R.
El autor publicó su primer libro Todas nuestras noches, en el que habla del amor adolescente desde diferentes aristas de la vida, incorporando temas como diversidad, identidad de género, responsabilidad afectiva y relaciones sanas. “Los lectores se identifican, pueden verse reflejados en mis relatos, no pensaba que el libro fuera a llegar tan lejos”, destaca Maximiliano.
Cuando contactaron a Maximiliano para publicar un libro, tenía cargado varios capítulos a la plataforma de Wattpad, aproximadamente las primeras 100 páginas de las 500 que contiene el libro final. Aunque su camino como escritor arrancó en el entorno digital, resalta con asombro el valor que se les da a los libros en soporte de papel, también desde su perspectiva como lector joven.
“Las ventas de los e-books son muy bajas en comparación con las de los libros en papel; este soporte es fundamental para los lectores”, dice Pizzicotti, quien lleva más de 10 mil ejemplares papel vendidos.
Según la autora de Menta Granizada, para los lectores, tener el libro de papel tiene un sentido de colección, para armar la biblioteca y volver a releer las partes marcadas. “Ahora está muy de moda marcar y rayar los libros, algo que se dio también a partir de las redes y se empezó a ver como algo bueno”, apunta Cámara.
Actualmente, los jóvenes compran un libro para “hacerlo suyo”, resaltando partes, poniendo comentarios, garabatos, dibujos e inclusive pintando con acuarelas.
“En Wattpad, podés hacer comentarios en partes que te gustan, y eso ahora se trasladó al libro físico. Las personas que rayan sus libros incluyen memes, dibujos, palabras. La idea es desmitificar que el libro no se toca, y las personas interactúan con él, tal cual como lo harían en la aplicación digital”, explica Agustina.
A su vez, los escritores realzan el rol de las redes sociales como espacios que facilitan el contacto entre lectores y autores.
“En parte, comparto mis opiniones sobre libros que leo y recibo comentarios de sus autores. A su vez, como autor, me encanta tener mensajes de mis lectores, que me quieren contar como vivieron el libro y con quién lo comparten. Es una manera de recargarme la batería alrededor de mi pasión, que es escribir”, concluye Maximiliano.
