La noticia de la muerte del Papa Francisco, ocurrida este lunes a sus 88 años, resonó globalmente y golpeó profundamente a su familia en Argentina. María Elena Bergoglio, de 77 años y única hermana con vida de Jorge Mario Bergoglio, recibió la dolorosa noticia a través de sus hijos.
Según relató su sobrino, José Ignacio Bergoglio, en Caracol Noticias, su teléfono no paró de sonar desde las 6 de la mañana del lunes con las notificaciones confirmando el fallecimiento de su tío.
Ante la avalancha de información, José Ignacio se comunicó con su hermano y juntos se dirigieron a informar a su madre que “Jorge había partido”. Tras darle la noticia, José Ignacio confirmó que su madre se mostró entera y “abrazada a la resignación de saber que su hermano descansa en paz y no sufre”.
José Ignacio también reveló que la familia mantuvo una comunicación fluida y constante con los colaboradores de Francisco durante su convalecencia por una reciente infección respiratoria, manteniéndose atentos a su estado de salud. A su vez, confirmó que no viajarán a Roma para despedir los restos de Francisco.
El sobrino del ex arzobispo de Buenos Aires recordó a su tío como una figura auténtica y cercana. “Era ese familiar que siempre llamaba, que siempre estaba presente”, enfatizó. Incluso siendo Papa, mantenía su cercanía: “Era ese tío que llamaba a casa siendo papa e iniciaba la conversación con un chiste. También era firme; si tenía que retarte, lo hacía”. José Ignacio recordó cómo su tío lo orientó y aconsejó en momentos difíciles.
José Ignacio reflexionó sobre la última aparición pública de Francisco el Domingo de Pascua, un día antes de su fallecimiento. Aunque inicialmente lo vio como alguien superando la enfermedad, al revisar las imágenes comprendió que era una despedida.
“Vimos a un hombre que luchaba por vivir y por cumplir su misión: entregar un último gesto de amor al mundo”, afirmó. Para su sobrino, el verdadero legado de Francisco radica en su entrega incondicional y su entendimiento de que “el verdadero poder es el servicio y que es para servir y no servirse”.
A pesar de las responsabilidades del pontificado, Francisco siempre mantuvo sus lazos familiares durante sus 12 años como líder de la Iglesia Católica.
José Ignacio compartió que, aunque no pudo compartir personalmente con su tío la noticia de que espera una niña, confía en que Francisco lo sabe y espera poder transmitirle a su hija las enseñanzas que él le dejó.