La muerte de cinco recién nacidos, junto a las complicaciones de salud que tuvieron al menos otros ocho niños más en el hospital Materno Neonatal es investigada por el Ministerio de Salud provincial desde hace tres meses, cuando se abrió un sumario interno.
Ahora, habló por primera vez una de las damnificadas. Se trata de Romina Ceja (35), abuela de una bebé recién nacida que falleció el 7 de junio en la institución, quien ya pidió ser querellante en la causa.
En diálogo con La Voz, Ceja contó que su nieta falleció, acorde a la autopsia, por “paro cardíaco”. Sin embargo, aclaró, no tuvo acceso a la documentación que validaría dicha información. Según explicó, los problemas comenzaron cuando su hija inició el trabajo de parto.
El abogado que lleva la causa, Carlos Nayi, definió el hecho como una “muerte descontextualizada” sobre la cual pesa “un manto de sospechas”. “Es una obligación que se investigue esta muerte sin explicación. Estamos en presencia de una madre joven, sana, que llevó un embarazo sin complicaciones. Hay una clara actitud abandónica desde los primeros dolores referidos por la mamá”, expresó.
Además, el letrado agregó que “no constituye un dato menor el hecho de que haya otras víctimas que han perdido la vida en circunstancias similares”.
La abuela de la bebé que falleció el pasado 7 de junio solicitó ser querellante de la causa que tramita la fiscalía de Distrito Tres, Turno Siete.
La dolorosa secuencia que vivió la familia de una de las víctimas en el Hospital Neonatal
Según explicó la abuela, los hechos ocurrieron en una secuencia de tres días, entre el 5 y el 7 de junio. Una vez que comenzó el trabajo de parto se acercó con su hija, la parturienta, al Neonatal. Sin embargo, les dijeron que tenían que volver a su casa porque la madre tenía “poca dilatación”.
Volvieron a su casa y, horas después, regresaron al establecimiento, donde recibieron una respuesta similar. Siempre según el relato de la abuela, eso ocurrió alrededor de las 16.30 del 6 de junio. La joven madre tuvo que pasar tres horas sentada a la intemperie, en una verja y fue recién a las 19 que la internaron.
Finalmente, alrededor de las 3 de la mañana -ya del 7- le informaron que su hija y su nieta estaban bien. Horas después, al mediodía, Ceja pudo ver a las dos: “Mi hija estaba en la camilla con la bebé; noté que lloraba mucho”, recordó.
Según relató, le explicaron que si las dos seguían bien, les iban a dar el alta. “Le curaron el pupo y la vacunaron”, profundizó.
A las 14, la abuela dio aviso de que la recién nacida tenía las manos frías y que no quería tomar la teta. Tres horas más tarde, volvieron a dar un aviso similar. Para las 22 ya no podían despertar a la pequeña. “La revisaron a la bebé y se la llevaron. Antes de hacerlo, nos habían asegurado que la situación era normal”, repudió la abuela.
“Cuando llegué mi hija estaba con una crisis de nervios y mi nieta estaba bajo cuidados. Le dieron dos paros cardíacos, según dijo la autopsia”, apuntó la abuela. Sin embargo, la autopsia que recibió la familia dice que la muerte ocurrió a las 18.15.
Durante los meses anteriores al parto, la abuela acompañó a su hija a los controles periódicos en los que nunca se evidenciaron complicaciones, según lo informado por la familia afectada.
Contexto familiar de una de las denunciantes del Hospital Neonatal
La joven madre (de quien se reserva la identidad, dado que es menor de edad) reside con su madre en una vivienda de barrio Villa Azalais, en la zona noreste de la ciudad de Córdoba. Para ir a sus controles de embarazo, debía tomar dos colectivos de ida y dos de vuelta. A su vez, los días que debía realizarse análisis tuvo que trasladarse en remís, según relató.
Embargada por la más profunda tristeza, no encuentra una explicación lógica sobre el fatal desenlace. “Todo estaba bien, la bebé estuvo en sus brazos y tomó la teta. Nos quitaron un ángel y la pieza donde iba a dormir sigue vacía y cerrada”, se angustió la abuela.
La familia no cuenta con obra social. La mamá se encuentra cursando su último año de secundaria en un establecimiento secundario próximo a su lugar de residencia.
“Ninguna autoridad gubernamental se comunicó con nosotros para informarnos de los casos que este jueves fueron informados por la Prensa. Tampoco nos dijeron que pesaba una información en curso. Nos tuvimos que enterar por los medios de comunicación”, se quejó Ceja.
El día del fallecimiento de la bebé, la abuela de la víctima asegura que tomó contacto con una mamá y otro papá que pasaron por una situación similar. “Un padre entró al hospital y luego de unas horas le informaron que su bebé había muerto. A una madre le pasó lo mismo, ese 7 de junio. Los dos bebés habían nacido sanos y sus padres se preguntaban qué había pasado”, alertó la mujer.
