La obesidad abdominal sigue en aumento en todo el mundo y es uno de los principales factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico. En este contexto, la búsqueda de tratamientos efectivos y seguros es una prioridad, especialmente cuando se trata de reducir grasa sin recurrir a una cirugía.
Un reciente estudio publicado en la revista científica Nature Scientific Reports analizó la eficacia de dos tecnologías no invasivas cada vez más populares en centros estéticos: el ultrasonido y la radiofrecuencia. Los resultados iniciales son prometedores, pero también muestran los límites de estos métodos.
Cómo fue el estudio y qué tecnología se usó
La investigación se realizó en el Hospital Universitario Femenino Ewha, en Seúl, Corea del Sur, y participaron 9 mujeres adultas con obesidad abdominal. Todas recibieron tratamientos combinados de contorno corporal mediante ultrasonido (UltraSpeed™) y tensado cutáneo por radiofrecuencia (UniForm™), sin necesidad de cirugía ni internación.
Se midieron los cambios en la circunferencia de la cintura y en el volumen de grasa abdominal mediante tomografías computarizadas, antes y después de las sesiones.
Tras las sesiones, se registraron reducciones significativas en la grasa superficial y en la circunferencia abdominal.
- Circunferencia de cintura: se redujo un promedio de 3,83 cm (4,35%)
- Grasa superficial: disminuyó en 18,90 cm² (7,19%)
- Grasa total: bajó 20,38 cm² (5,67%)
En cambio, la grasa visceral, la más profunda y relacionada con mayor riesgo metabólico, no mostró cambios significativos.
Para quiénes puede funcionar
Los resultados sugieren que estos tratamientos no invasivos podrían ser útiles para mejorar el contorno corporal y reducir grasa localizada, especialmente la más cercana a la superficie de la piel.
Son una alternativa segura para quienes buscan cambios estéticos sin someterse a cirugías, aunque no reemplazan los tratamientos médicos tradicionales para la obesidad ni actúan sobre la grasa visceral, que es la más peligrosa desde el punto de vista de la salud.
Este fue un estudio piloto con una muestra pequeña (sólo 9 mujeres) y realizado en un único centro de Corea del Sur. Los resultados no pueden generalizarse a otras poblaciones sin estudios más amplios y diversos.
Además, se requiere un seguimiento a largo plazo para evaluar si los efectos se mantienen en el tiempo, y comparar estos métodos con otros enfoques no quirúrgicos como la criolipólisis, los tratamientos láser o incluso intervenciones farmacológicas.
¿Vale la pena el tratamiento?
El ultrasonido y la radiofrecuencia muestran resultados medibles en la reducción de la grasa subcutánea abdominal, con el beneficio de ser procedimientos no invasivos. Pero su alcance es limitado, especialmente si el objetivo es mejorar parámetros metabólicos o reducir la grasa visceral.
Como todo tratamiento estético o médico, debe ser indicado por un profesional de la salud, y es fundamental acompañarlo con hábitos saludables como alimentación balanceada y actividad física regular.