La escena ocurrió en marzo de 2018, pero su impacto resonó siete años después con fuerza en los tribunales. Una joven de 25 años fue excluida del ingreso al boliche Rose in Río, en la Costanera porteña, por una razón tan hiriente como inaceptable: “no dar el target”, según dijo el personal de seguridad. Traducido por quienes presenciaron el episodio, la discriminaron por su apariencia física.
El viernes, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó el fallo que condena a la empresa Emprendimientos Costanera S.A., dueña del local, a pagar más de 6 millones de pesos por daño moral, psicológico y tratamiento terapéutico, además de una multa civil de $ 4 millones por daño punitivo.
Qué ocurrió la noche del incidente y por qué la Justicia lo consideró discriminación
La joven, identificada como A.J.R.M., había ido al boliche a festejar el cumpleaños de una amiga. Aunque sus compañeras ya estaban adentro, cuando llegó su turno en la fila, el trato fue distinto. Primero le negaron su inclusión en la lista de invitados, y luego le dijeron que no entraría porque no daba “el target”. Ante la repregunta de otra joven, la respuesta fue aún más brutal: “porque es gorda”.
A los pocos días, la víctima realizó una denuncia ante el Inadi y luego demandó civilmente por daño moral, psicológico y daño punitivo. El juzgado de primera instancia le dio la razón y ahora la Cámara ratificó esa decisión, respaldándose en pruebas contundentes y en una pericia psicológica que acreditó afectación emocional profunda.
El impacto emocional y la importancia del fallo
La perito designada por la Justicia determinó que el episodio exacerbó síntomas de aislamiento, depresión, tristeza y angustia en la joven, lo que llevó a recomendar un tratamiento psicoterapéutico de al menos seis meses, con seguimiento psiquiátrico. Con ese sustento, los jueces Maximiliano Caia y Gabriel Rolleri confirmaron la responsabilidad de la empresa y el derecho a ser indemnizada.
“El hecho afectó bienes extrapatrimoniales como la paz, la dignidad, la autoestima y la libertad individual de la víctima”, subrayaron los magistrados en un fallo de 27 páginas.
Daño punitivo: una multa ejemplificadora que busca prevenir nuevos casos
Uno de los puntos más relevantes del fallo fue la confirmación de una multa por daño punitivo de $ 4 millones, aplicada como sanción ejemplar. La Cámara sostuvo que este tipo de condenas son clave para desalentar conductas discriminatorias sistemáticas, especialmente en espacios que trabajan con público masivo.
“Las multas deben ser severas. Si no, al discriminador le puede convenir pagar para seguir haciéndolo”, advirtió el tribunal.
La decisión también involucró a la aseguradora del local nocturno, que deberá hacerse cargo de parte del pago, y dejó un precedente importante para futuras causas por discriminación en espacios recreativos.
Al dejar firme la condena, la Justicia reafirmó que nadie puede ser excluido o humillado por su apariencia, y que la dignidad humana no es negociable.
