Aunque muchas personas acostumbran a meter todas las frutas en la heladera “por las dudas”, esa práctica puede ser un error. Algunas necesitan terminar su proceso de maduración a temperatura ambiente y refrigerarlas demasiado pronto puede alterar su textura, su sabor e incluso su aspecto.
Especialistas como la chef Gen La Rocca y la dietista Taylor McClelland Newman explicaron a Real Simple que lo más importante es entender cómo madura cada fruta: algunas lo hacen después de ser cosechadas (frutas climatéricas) y otras no (no climatéricas). Saber esta diferencia es clave para conservarlas correctamente.
Las frutas que no deben ir a la heladera
Estas frutas necesitan madurar al aire libre. Si se refrigeran antes de tiempo, pierden sabor o se vuelven arenosas.
- Bananas: el frío detiene su maduración y las vuelve gomosas. Mejor colgarlas o dejarlas en un frutero.
- Duraznos, ciruelas y pelones: deben madurar fuera de la heladera para desarrollar dulzura y aroma.
- Paltas: sólo deben refrigerarse si ya están maduras y no se van a consumir de inmediato.
- Frutas tropicales (ananá, mango, papaya, kiwi): maduran mejor afuera. Solo refrigerarlas si están cortadas.
- Tomates: el frío les quita sabor y textura, volviéndolos insípidos y gomosos.
- Melones y sandías: guardarlos fuera de la heladera hasta que estén maduros o se corten.
Además, el Good Housekeeping Test Kitchen recomienda no refrigerar:
- Manzanas y peras: pueden estar en un lugar fresco hasta madurar. Luego sí pueden ir al frío.
- Cítricos: como naranjas, limones y mandarinas, si se van a consumir pronto, no necesitan heladera.
- Frutas de piel gruesa: como la banana o el maracuyá, se conservan mejor en ambientes templados.
Las frutas que sí deben refrigerarse
Estas frutas son más delicadas y se estropean rápido si no están en frío.
- Frutillas, arándanos, moras y frambuesas: son muy perecederas. Lavarlas, secarlas bien y refrigerarlas.
- Frutas cortadas: siempre deben guardarse en la heladera para evitar la proliferación de bacterias.
- Uvas y cerezas: aunque duran poco a temperatura ambiente, se conservan mejor en frío.
Según la nutricionista Jennifer Nicole Bianchini, lo ideal es almacenar estas frutas en el cajón de verduras de la heladera, donde la humedad está controlada y se prolonga su frescura.