El uso de fentanilo adulterado en pacientes ya produjo cerca de un centenar de muertes en todo el país. En Córdoba una nueva denuncia penal que estaría ligada a la causa ingresó en las últimas horas a la Justicia. Se trataría de otra muerte producto del uso de esta droga.
Un hombre de 87 años falleció el pasado 15 de junio tras ser atendido en el Sanatorio Mayo. Carina Arguello, su hija, decidió hacer la denuncia una vez que supo que la clínica se encontraba dentro del listado de instituciones que recibió un lote de medicación contaminada. El abogado de la denunciante es Carlos Nayi.
“Quiero que se haga justicia, no solamente por mi padre sino por todos los pacientes fallecidos en el sanatorio en el tiempo que estuvo internado mi papá. También espero que de una vez por todas se humanice el servicio de terapia intensiva”, dijo la mujer en diálogo con La Voz.
Y agregó: “Hasta el último momento mi papá me decía que quería irse porque tenía miedo de sufrir el mismo destino de los pacientes que estaban al lado suyo en el resto de las camas”.
Sucesión de los hechos
Todo comenzó el 15 de mayo, cuando el padre de la denunciante comenzó a sentirse mal en su domicilio ubicado en la localidad de Salsipuedes. La hija del paciente concurrió a la vivienda y mediante el servicio de transporte Uber lo trasladó al sanatorio.
Una vez allí, el personal médico diagnosticó que el hombre presentaba un cuadro de bradicardia, motivo por el cual fue derivado a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI). Asimismo se manifestó que era necesaria la colocación de un marcapasos.
Con el transcurso de los días y debido a la evolución de su estado clínico, el paciente fue sedado con fentanilo y midazolam. Arguello, enfermera de profesión, planteó a los médicos tratantes la preocupación por la posible utilización de de medicación contaminada.
Pese a sus inquietudes los médicos respondieron que desconocían la situación y alegaron que se trataba de un asunto gestionado por el sector de farmacia del sanatorio, conforme a protocolos internos.
“Me dijeron que que ellos no eran los responsables de las compras y que no iban a estar controlando ampolla por ampolla. A partir de eso comienza una involución total de mi padre, estando permanentemente intubado y sedado”, aclaró la mujer.
Aunque se realizaron estudios de cultivo donde se informó que no se detectaba presencia bacteriana alguna, por indicación del servicio de infectología se administró un coctel de antibióticos, al mismo tiempo que se mantuvo de forma ininterrumpida la administración de fentanilo.
Durante la internación, Argüello asegura que los informes y partes médicos brindados a la familia fueron escuetos, incompletos y sin precisión. Además, solicitó la historia clínica de su padre y nunca se la otorgaron.
“El 9 de junio hice una nota al director del sanatorio, Javier Canavecio. Ahí le pedí la historia clínica y le manifesté mi profunda preocupación por mi padre y por el resto de los pacientes que estaban internados”, afirmó.
Según observaciones de la familia, en el período de internación ninguno de los pacientes que permanecían en la UTI sobrevivió. “Todos los días había un deceso. Estaban todos con cuadros de neumonía, los sedaban con midazolam y tenían asistencia mecánica respiratoria”, cerró Arguello.
Finalmente, el 15 de junio de 2025, el paciente falleció.
Ante la consulta de La Voz, desde el Sanatorio Mayo indicaron que no emitirán testimonio sobre el tema.