Uno de los hijos de Margarita Sánchez (51), la mujer chilena asesinada presuntamente por su pareja este martes en la localidad de Salsipuedes, se mostró sorprendido por el desenlace y aseguró que si bien había discusiones en la pareja, no parecían anticipar el sangriento final.
Por el hecho se encuentra detenido Fabián Romero (54), imputado de homicidio.
Desde Chile, Cristian Vascunian contó que otro de sus hermanos se encuentra camino a Córdoba para completar los trámites legales y concretar la repatriación del cuerpo de su mamá.
“Ha sido realmente increíble la forma en que ocurrió. Mi mamá se veía muy feliz allá”, dijo sorprendido a El Doce.
“Solo sé por una tía muy cercana a mi mamá que hubo una discusión fuerte, donde mi madre lo encuentra in situ siendo infiel. Fue uno de los altercados que tuvieron hace poco”, agregó.
Cristian aclaró que Fabián Romero no es su padre y que ambos se conocieron en Perú durante un viaje. Luego, siguieron en contacto y su mamá decidió mudarse a Salsipuedes.
Consultado sobre si había antecedentes de violencia en la pareja, dijo: “Solamente violencia psicológica. Es lo que se pudo observar como pareja. Tampoco se vía tan grave”.
“Fue una tía la que escuchó esas discusiones de mi madre con Fabián”, recalcó.
Al describir a su madre, señaló que era trabajadora y de carácter fuerte. “No aguantaba que la pasaran a llevar” sintetizó.
Y aclaró que en sus fotos y salidas con Romero se la veía “muy feliz”.
“Nunca hubo algún indicio de que llevaran una vida violenta, o que tuvieran una relación violenta. Nunca lo esperamos. Es terrible”, dijo.
Consultado sobre la relación de Romero con el resto de la familia, Cristian respondió: “Lo conocía. Incluso yo fui su representante para el casamiento con mi madre. No nos pudimos dar cuenta si tenía algún problema psiquiátrico o mental. No nos pudimos percatar como familia”, lamentó.
Por último, pidió el caso se esclarezca. “Queremos saber la verdad”, cerró.
Salsipuedes: de lesiones a femicidio
Romero llevó a Margarita Sánchez con graves lesiones al Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba en la noche del lunes. Allí adujo primero que su novia se había desvanecido y que se había golpeado la cabeza. Luego dio otra versión de los hechos.
Esto, sumado a que el tipo de lesiones no se condecían con el relato de Romero, generó que el fiscal de Violencia Familiar de Tercer Turno, Cristian Griffi, ordenara su detención e imputación.
El fiscal confirmó a La Voz que no había registro de denuncias previas de la mujer. A su vez indicó que el hecho está en investigación y están tratando de dilucidar dónde se produjo, si en la casa que ambos compartían en Salsipuedes, ubicada en la calle Ameghino al 100 o en otro lugar.
Sánchez, oriunda de Chile, había conocido a Romero en un viaje a Perú, tras lo cual ella vino a vivir a Córdoba hace 10 meses.
Desde el Hospital de Urgencias informaron durante la mañana que tras el golpe sufrió “lesiones cerebrales irrecuperables” y que esperaban que llegaran sus familiares de Chile para tomar decisiones críticas en cuanto a su salud.
Conmoción en Salsipuedes
Romero vivía con la mujer en una casa alquilada sobre calle Ameghino, de barrio El Bosque, en Salsipuedes, Córdoba, donde actualmente hay una consigna policial que contrasta con la quietud de la zona, a una cuadra de la ruta E-53 al ingreso de la ciudad.
Separado y con un hijo adolescente el acusado vivía muy cerca de su padre, de 86 años, quien junto a otra hija prestaron declaración este martes en Córdoba.
El hombre es conocido por realizar trabajos de herrería metálica ya que tiene un taller en la casa de su padre. Y además fue profesor de Matemática, Física y Dibujo Técnicos en colegios de la zona.
Separado de un colegio
En uno de ellos, Ipem 387 “Sotero Eugenio Bartolomé” de Agua de Oro, en octubre de 2021, fue acusado de acoso por parte de alumnas, junto a otros cuatro adultos varones de la institución.
El caso lo dieron a conocer los propios estudiantes, quienes realizaron sentadas y movilizaciones dentro del colegio para lograr ser escuchados.
“Hay profesores que nos miran, nos intimidan, nos acosan y la Dirección nunca hizo nada”; “No es histeria, locura o problemas de ira, es la realidad que vivimos todos los días”, escribieron los estudiantes en carteles esparcidos en el colegio en ese momento.
Ante esa situación, los familiares apoyaron el reclamo mediante una carta abierta y pidieron a las autoridades educativas que el docente fuera apartado de su cargo. Por lo cual Romero ya no estaba dictando clases.
