En la cuarta y última audiencia del juicio por el femicidio de Karina Bustos, el fiscal de la Cámara Sexta, Martín Berger, pidió en sus alegatos la prisión perpetua para Fernando Coronel, el único imputado por la muerte de su expareja.
Este viernes se conocerá la sentencia del tribunal y el jurado popular. En la jornada del miércoles el acusado dijo no sentirse “ni un violento ni un asesino” y adujo que se trató “de un error”.
En sus alegatos, el fiscal mantuvo la acusación de “homicidio calificado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio) y hurto calamitoso en concurso real”, y pidió la única pena prevista para el femicidio, que es prisión perpetua (35 años). Fundamentó la acusación con la prueba que surgió del juicio además de la confesión de Coronel.
La querella de la familia de Karina, representada por el abogado Nicolás Ruades, ratificó el pedido de prisión perpetua del fiscal. Por su parte, la defensa del acusado solicitó que el tribunal contemple la figura del homicidio preterintencional y, en caso de comprobar que hubo intención, sea condenado por homicidio simple.
Este viernes a las 8.30 el imputado dirá sus últimas palabras y habrá un cuarto intermedio hasta las 14.30, cuando se conocerá la sentencia.
“No me considero violento ni asesino”
En la jornada del miércoles declararon tres personas: el guardia del edificio donde vivía Karina, en barrio Alto Alberdi; el oficial que estuvo a cargo de la investigación; y también un amigo de la pareja, propuesto por la defensa.
Luego, Coronel pidió la palabra y se dirigió a la familia de Karina con palabras que generaron incluso más confusión y bronca entre los presentes. Dijo que sentía mucho dolor por lo sucedido y que era inevitable, al igual que el dolor de la familia. “Los miro y no puedo entender lo que pasó. Fue un error, fue un accidente”, dijo a la familia.
Luego declaró que en los dos años de su prisión preventiva había pensado mucho y que a pesar de que él no es un asesino ni un criminal, lo ponían en la cárcel con personas que sí lo eran.
Luego de repetir varias veces de que se trató de “un error”, se refirió a su consumo de drogas. “Me tratan de violento, pero no me considero violento ni asesino. Acá dicen que soy una persona fría y calculadora”, agregó.
La causa
Aquel 12 de mayo de 2020, por la mañana, los vecinos del barrio Villa Martínez, al oeste de la ciudad de Córdoba, hallaron un cuerpo calcinado en un baúl de madera. Por el estado del cadáver no se podía saber si era de una persona adulta o de una niña.
Con el correr de las horas y frente a la desaparición de Karina, las pistas comenzaron a apuntar a Coronel. A pesar de que aún no identificaban al cuerpo, la mujer estaba desaparecida y un video de la cámara del edificio en el que ambos vivían hizo presumir lo peor.
En el video aparecía Coronel arrastrando un cajón de las mismas características que el que había aparecido en Villa Martínez. Luego, un conocido del hombre que había sido identificado en el lugar del incendio, declaró que fue el mismo Coronel quien le pidió ayuda para llevar el cajón hasta el lugar con el pretexto de que en el interior del mismo había un perro muerto.
Este hombre, de apellido Moyano, estuvo imputado en un inicio por encubrimiento y luego fue sobreseído.
La causa que estuvo primero en manos del fiscal Ernesto de Aragón y luego del fiscal de violencia familiar, Cristian Griffi, que luego avanzó en el reconocimiento del cuerpo en base a las piezas dentarias y del cabello de Karina del que se extrajo su ADN.
