Una profunda conmoción sacude a la localidad de Despeñaderos, a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, en el sur de la provincia, tras el descubrimiento de una mujer de 50 años en un estado de desnutrición severa y maltrato.
El caso, calificado como de “abandono extremo”, derivó en la detención de su esposo, Sergio Colaso, y de una de sus hijas mayores, con la imputación de otros tres hijos más. Se sospecha que la víctima pudo haber estado encerrada y reducida a la servidumbre durante veinte años.
El horror sale a la luz: desnutrición y maltrato extremo
La denuncia que destapó este aberrante hecho llegó al Polo de la Mujer, activando la intervención policial y municipal. La mujer fue encontrada en condiciones alarmantes, con “severos signos de desnutrición y maltrato”.
Su estado de salud es tan delicado que, hasta el momento, no ha podido siquiera prestar declaración. Tras ser trasladada por la policía, fue asistida inicialmente en el hospital municipal de Despeñaderos, donde se activó un protocolo de salud, acción social y el Punto Mujer.
Después de unas 48 horas internada en la localidad, fue derivada a un hospital regional en Alta Gracia para estudios de mayor complejidad.
El equipo de salud mental del hospital regional trabaja para determinar si la víctima padecía alguna enfermedad o cuestión mental previa, aunque esto no ha sido verificado aún.
Una familia “normal” bajo sospecha
Los principales implicados son su esposo, Sergio Colaso, un empleado municipal de planta con 33 años de antigüedad en el área de espacios verdes desde 1992, y una hija mayor, ambos actualmente detenidos por orden del Fiscal Peralta Otonelo, del segundo turno de Alta Gracia.
Además, hay otros tres hijos imputados que permanecen en libertad. Sus edades rondan los 29, 26, y una menor de 11 años, por la cual las autoridades municipales de Despeñaderos están trabajando y acompañando con sus familiares a cargo.
La familia, residente de un barrio de IPV, era considerada de “clase trabajadora”.
Lo que más asombra a los vecinos y a las propias autoridades es la “falta de alertas” previas. “Nadie vio nada”, se lamentan.
Vecinos consultados en Despeñaderos manifestaron que no habían visto a la señora por “una década” e incluso pensaron que había fallecido. L
La intendenta de Despeñaderos, Carolina Basualdo, expresó la sorpresa de la comunidad, señalando que, a diferencia de otros casos donde los vecinos se acercan a denunciar situaciones de violencia, en esta ocasión no hubo ningún tipo de alerta temprana.
“Cuesta creer porque es una familia de nuestra localidad, y los vecinos no manifestaron ninguna cuestión puntual”, afirmó.
“Nos cuesta entender la situación”, agregó Basualdo.
Interrogantes y la conmoción de una comunidad
El hecho de que la mujer haya tenido hijos, incluyendo la menor de 11 años, lleva a la hipótesis de que, en algún momento, la víctima debió haber acudido a un hospital para los partos. Sin embargo, no hay registros ni nadie detectó la situación en ese entonces. Los centros de salud locales ofrecen atención primaria de embarazo, pero los partos suelen realizarse en el hospital regional o en Córdoba.
Este caso de violencia y abandono extremo ha generado un profundo cuestionamiento en Despeñaderos sobre la percepción y la observación social en comunidades pequeñas.
La Intendente de la localidad destacó que este suceso “conmociona” aún más por la ausencia de señales que permitieran una intervención temprana. Las secuelas que padece la mujer no son solo físicas, sino también emocionales, dada la brutalidad de la situación.
La investigación continúa para esclarecer todos los detalles de este trágico suceso que ha dejado perpleja a toda la Argentina.
El detalle que permitió destapar el caso
Todo salió a la luz gracias a la intervención de un vecino. Es que a este hombre le llamó la atención que no veía desde hacía tiempo a la mujer, por lo que decidió llamar al 911. Este fue el punto de partida de una investigación que hoy mantiene en vilo a la localidad.
Todo comenzó con la llamada del pasado 31 de julio. Según confirmaron fuentes judiciales, la Policía acudió ese día al domicilio y halló a la mujer en un estado de salud “muy deteriorado”.
Vivía allí junto a su esposo y sus cuatro hijos. El fiscal de instrucción de 2° Turno de Alta Gracia, Alejandro Peralta Ottonelo, ordenó de inmediato su traslado al hospital Arturo Illia, de Alta Gracia, donde se constataron signos de desnutrición y un cuadro grave de deterioro psicológico, según información que surge de la investigación.
Posteriormente, fue derivada al Punto Mujer de Despeñaderos.