En medio de una investigación judicial que vincula a su empresa con la trágica muerte de 96 personas por el presunto uso de fentanilo contaminado, Ariel García Furfaro, propietario de los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, salió al cruce de las acusaciones con una feroz defensa y una impactante denuncia sobre una presunta operación en su contra.
García Furfaro, quien se autodefine como “un laburante, sin testaferros”, aseguró a Clarín que las muertes fueron sido probadas y que todo el escándalo es una “recontra cama” orquestada por su exsocio, Andrés Quinteros.
El foco de la defensa y la acusación
García Furfaro es uno de los principales sospechosos en la mira de la Justicia federal, que ha inhibido sus bienes. Sin embargo, el empresario insiste en su inocencia y niega que el fentanilo esté probado como la causa de las muertes.
“Ningún médico o perito vinculó las muertes con el fentanilo”, afirmó, añadiendo que se investiga si el producto está o no contaminado. Además, pidió los contactos de las familias de las víctimas para “ponerse a disposición”.
El empresario apunta directamente a Andrés Quinteros, ex diputado provincial y su exsocio en HLB hasta fines de 2023, a quien acusa de ser el responsable de “casi todos los males” que atraviesa desde hace una década.
Según García Furfaro, Quinteros lo estuvo perjudicando intencionalmente y es quien “le da la información a los periodistas”, creando una historia “mediáticamente armada”.
Lo calificó de “lunático” que lo “fundió” y lo difama tildándolo de “narcotraficante”, aunque García Furfaro niega rotundamente haber “comprado un gramo de efedrina”.
Incluso, sugiere que la denuncia de la ministra Patricia Bullrich por un certificado de importación de precursores químicos fue impulsada por Quinteros.

La controversia del fentanilo y la Klebsiella
Respecto a la presunta contaminación con la bacteria Klebsiella, García Furfaro no la niega y dice ser “el primero que quiere que se sepa”.
Sin embargo, considera “imposible” vincularla a las muertes, argumentando que la Klebsiella se encuentra en el “90% de los sanatorios”.
Subrayó que el fentanilo dio positivo para una variante específica, Klebsiella MLB “pura”, y cuestionó cómo, de cinco lotes de la misma campaña, solo uno se habría contaminado. Afirmó que sus laboratorios tenían tres filtros, cuando la norma exige dos, y sugirió que “alguien los sacó”.
Criticó a la Anmat, alegando que la agencia denunció al laboratorio “sin tener ningún análisis hecho” y que fue HLB, y no la Anmat, quien realizó un “autorecall” del producto el 8 de mayo.
Un entramado de negocios y política
García Furfaro reveló que la Justicia se llevó “todo lo mío y de mi familia”, dejándolo sin nada y debiendo las expensas de su casa. Atribuye esta situación a su postura de querer que “los medicamentos tenían que ser accesibles”.
Afirmó que Ramallo está cerrado, dejando a más de 400 empleados sin trabajo, y que ha transferido otras empresas como Tres Arroyos y HLB (esta última a Sebastián Nanini) para “correrse de los temas medicamentos y alimentos” ante la inminencia de problemas.
Sobre sus supuestos vínculos con el kirchnerismo, negó haber aportado a campañas o militar, destacando su “odio a los políticos”.
Dijo haberse sacado una foto con Cristina Kirchner “de cholulo”. Respecto a su participación en la comitiva que negoció la vacuna Sputnik V en Rusia, explicó que fue por una gestión de Quinteros y que en realidad “nunca quiso traer la vacuna rusa”, estando interesado en insulina y otros productos.
Ariel García Furfaro concluye que todo es “algo personal” contra él, lamentando el daño que la situación ha causado a su familia y a las personas involucradas en sus empresas. Pese al temor de ser imputado e ir preso, asegura: “Yo tengo que poner la cara porque el tema es conmigo”.