Durante décadas, las dietas bajas en carbohidratos o grasas se promocionaron como fórmulas efectivas para perder peso, controlar el colesterol y mejorar el azúcar en sangre.
Pero cuando se trata de cuidar el corazón, hay algo más importante que el porcentaje de macronutrientes: la calidad de los alimentos que se incluyen en cada plato.
Eso es lo que sugiere un nuevo estudio de la Universidad de Harvard. El trabajo siguió a casi 200.000 personas durante varias décadas y evaluó cómo influye la alimentación en el desarrollo de enfermedades cardíacas.
Lo que revela el estudio de Harvard sobre el corazón y la dieta
El análisis, liderado por el Zhiyuan Wu y Qi Sun, de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, combinó información nutricional detallada y muestras de sangre de miles de participantes.
Los investigadores llegaron a una conclusión clara. No importa tanto si la dieta es baja en carbohidratos o en grasas. Lo que realmente hace la diferencia es la calidad de los alimentos que se consumen dentro de ese patrón.
Es decir, no es lo mismo una dieta baja en carbohidratos basada en vegetales y granos integrales que una basada en carne procesada, papas fritas y cereales refinados.
Qué es una dieta “saludable” según la ciencia
Los alimentos que más protegen al corazón, según este estudio, son:
- Frutas y verduras frescas
- Cereales integrales
- Legumbres
- Frutos secos
- Grasas saludables (como las del aceite de oliva o el pescado azul)
En cambio, los que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas son:
- Harinas refinadas
- Azúcares añadidos
- Grasas saturadas de origen animal
- Carnes procesadas
- Snacks ultraprocesados
El estudio mostró que quienes seguían una dieta rica en alimentos saludables, incluso si era baja en grasas o carbohidratos, reducían el riesgo de enfermedad coronaria en un 15%.
Por qué la calidad de los alimentos es clave para el metabolismo
Además de los cuestionarios alimentarios, los científicos analizaron cientos de metabolitos en sangre de los participantes. Así pudieron ver con más precisión cómo el cuerpo responde a diferentes patrones alimentarios.
Este enfoque permitió confirmar que las dietas de buena calidad mejoran la regulación metabólica, lo que a su vez reduce la inflamación crónica, uno de los factores que más afecta al corazón.
Qué priorizar en la alimentación, según los expertos
- Priorizar alimentos integrales y poco procesados
- Aumentar el consumo de fibras, antioxidantes y grasas buenas
- Limitar los azúcares, las harinas blancas y las frituras
- Leer las etiquetas para evitar ingredientes ocultos
- Mantener hábitos saludables como actividad física regular, buen descanso y manejo del estrés
También sugieren que no obsesionarse con los “nombres” de las dietas. Más allá de elegir low carb, baja en grasas o ayuno intermitente, lo importante es que la alimentación esté basada en comida real.
Lo que viene: hacia una nutrición más personalizada
Los investigadores de Harvard adelantan que el próximo paso es estudiar cómo influyen los genes, el estilo de vida y otros factores individuales en la respuesta a distintas dietas.
La idea es que en el futuro las recomendaciones nutricionales puedan adaptarse al perfil de cada persona, no sólo para prevenir enfermedades cardíacas, sino también otras como la diabetes o ciertos tipos de cáncer.
