La tristeza, el estrés o incluso la ansiedad no solo afectan cómo se siente cada uno, sino también cómo recuerda. Diversos estudios revelan que ciertos estados emocionales pueden reforzar algunos recuerdos, al tiempo que borran otros.
Y lo más preocupante es que algunas emociones crónicas podrían estar deteriorando la capacidad cognitiva sin darse cuenta.
Factor de riesgo significativo
según un estudio publicado en The Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease, elaborado por investigadores del Instituto Rutgers Health, internalizar el estrés es un factor de riesgo “significativo” para el deterioro cognitivo relacionado con la edad,
El estudio examinó múltiples factores de riesgo y resiliencia asociados con el deterioro cognitivo en estadounidenses de origen chino mayores de 60 años. En ese sentido, analizaron datos del mayor estudio comunitario sobre estadounidenses de origen chino de edad avanzada, el Estudio Poblacional de Ancianos Chinos (PINE por sus siglas en inglés), que incluyó entrevistas realizadas entre 2011 y 2017 con más de 1.500 participantes en el área de Chicago.
Así se centraron en tres factores socioconductuales: internalización del estrés, cohesión comunitaria y alivio del estrés externo.
El estrés y la desesperanza pueden pasar inadvertidos
Los investigadores descubrieron que la internalización del estrés, consistente en la desesperanza o la tendencia a absorber e internalizar experiencias estresantes, mostró una fuerte asociación con el deterioro de la memoria a lo largo de tres rondas del estudio PINE.
Además afirmaron que el estereotipo de una minoría “modelo” (personas exitosas, educadas y saludables) es un factor que afecta a esta población y a su salud mental.
Michelle Chen, miembro del Centro de Investigación sobre el Envejecimiento Saludable en el Instituto Rutgers Health, apunta que esta población puede sufrir estrés al enfrentarse a barreras lingüísticas y culturales.
“El estrés y la desesperanza pueden pasar inadvertidos en las poblaciones mayores, pero desempeñan un papel fundamental en el envejecimiento cerebral”, señala el investigador.
Asimismo añade que “dado que estos sentimientos son modificables, el objetivo es que esta investigación sirva de base para intervenciones de reducción del estrés con sensibilidad cultural para mitigar estos sentimientos en los adultos mayores”.