Las especies exóticas invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad global. Un problema que también está presente en Argentina, y en Córdoba en particular.
Pero ¿qué son las especies exóticas invasoras? ¿Cuál es el deterioro que generan en los ecosistemas? ¿Se las puede controlar?
Estas son algunas de las preguntas que respondió a La Voz Víctor Fratto, licenciado en Gestión Ambiental y director del Programa de Rescate de Fauna Nativa (Refaunar), quien disertó en el panel sobre biodiversidad en la Conferencia Climática Internacional que se desarrolló en Córdoba.
“Las especies invasoras son animales, plantas u otros organismos, como bacterias, que llegan de otros lugares; se instalan y tienen efectos no sólo sobre nuestra biodiversidad, sino también sobre la vida humana”, explicó.
Dentro de estas especies, el especialista nombró como “invasoras emblemáticas” al jabalí y al ciervo axis.
Además, dijo que Argentina comparte especies invasoras con Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, por eso se necesita realizar un trabajo coordinado entre países de América latina.
Instalación de especies exóticas
Fratto sostuvo que el proceso de llegada y establecimiento de una especie invasora consta de las siguientes etapas:
-Transporte: llegan en barco u otro vehículo, aunque la mayoría de las especies “se mueren en el viaje”.
-Liberación: puede ser intencional, accidental o involuntaria. “Un ejemplo de liberación voluntaria es el caso del jabalí: fue traído en 1904 por el empresario Pedro Luro para coto de caza”, relató Fratto.
-Establecimiento: si la especie sobrevive, al encontrar alimento y pareja, se reproduce y genera descendencia “sin la ayuda del humano”. Si no prospera, “se muere”.
-Expansión: si logra establecerse, el animal se reproduce, se expande y abarca otras latitudes, “y extiende su rango de distribución”.
Algunas especies “quedan confinadas a determinados lugares por barreras ambientales, barreras geográficas y barreras climáticas”.
Cómo influye el cambio climático
Fratto sostuvo que el cambio climático facilita la invasión biológica porque altera el clima local, favoreciendo especies no nativas, y genera condiciones de estrés para especies nativas, lo que debilita su capacidad de competir.
“Cuando un organismo está estresado, tiene menos posibilidades de competir con una especie invasora. Se hace débil”, remarcó.
A esto hay que sumarle que los cambios en temperatura, en humedad y en precipitación permiten a muchas especies invasoras migrar a mayores latitudes y altitudes.
Además sostuvo que despiertan a “especies durmientes o latentes”, aquellas que llegan y no prosperan por el clima, pero que, gracias al cambio climático, “pueden despertarse” y convertirse en nuevas invasoras.
Especies invasoras y consecuencias
Una de las especies invasores dispersas en diferentes ambientes del país es el jabalí europeo. Se calcula que existe una población de entre uno y tres millones de jabalíes.
En Córdoba, hace estragos y su caza está autorizada por el Gobierno, al igual que el ciervo axis.
“No hay otra posibilidad que cazarlo, pero es muy necesario porque realmente no solamente genera daños a la biodiversidad, sino también al ser humano, y hace desastres en los cultivos”, indicó Fratto.

Además destacó que no hay que pensar en que “simplemente uno está terminando con la vida de un animal, sino que está protegiendo nuestra biodiversidad”.
“Sabemos que no se los podrá erradicar, pero al menos se los puede controlar”, manifestó.
También subrayó que las cazas tienen que ser planificadas y coordinadas por el Estado con un trabajo a largo plazo. Uno de los antecedentes de éxito es el parque nacional El Palmar, en Entre Ríos, donde se hizo una caza sistemática por años. “En Córdoba hay que hacer lo mismo”, recomendó.
Y añadió que la provincia cordobesa es una de las pocas que tienen un mapa bien determinado de dónde se puede cazar.

Tortuga argentina amenazada
El director de Refaunar remarcó que la especie nativa amenazada por el jabalí es la tortuga terrestre argentina.
Y es la más traficada en el país –contó–: por año se trafican 75 mil tortugas para su mascotización. “Su comercialización es ilegal, pero sin embargo sucede”, afirmó.

La especie también está bajo amenaza por el cambio climático. Al alterarse su ambiente, se afecta su capacidad de refugio, de termorregulación.
Además, la determinación del sexo de las crías de tortugas depende de la temperatura. A “temperaturas elevadas nacen hembras” y a “temperaturas bajas nacen machos”. “El clima afectará seriamente la viabilidad de la especie”, destacó.
Castor canadiense
Otra especie exótica es el castor canadiense, que se expande en Tierra del Fuego. “Ya acabó con 55 mil hectáreas de bosques fueguinos”, dijo Fratto.
Estos bosques, que antes actuaban absorbiendo carbono atmosférico, ahora “empiezan a pudrirse y pasan a ser emisores de carbono”.
Medidas
Para que las especies exóticas no se propaguen, es fundamental “fortalecer las regulaciones y restaurar con especies nativas resilientes”, indicó Fratto.
Además, recomendó un mayor control de las rutas y de fronteras por donde pueden ingresar las especies no nativas.

También llamó a enfocarse en la educación y en la sensibilización. “Esto es fundamental”, remarcó.
Y añadió que “las personas tienen que tomar conciencia de que, cuando se habilita la caza de especies como el ciervo axis, no se están matando ‘bambis’, sino que se está protegiendo nuestra biodiversidad”.
Finalmente, expresó que, si bien se puede controlar la propagación de estas especies, es imposible erradicarlas por la cantidad de ambientes que ocupan.