La semana pasada dejó movimientos dispares en el mercado de carnes, con un incremento inesperado en el precio del pollo que contrastó con una mayor estabilidad de otros productos cárnicos. Los comerciantes del Mercado Norte analizaron las causas de estas variaciones mientras observaban un comportamiento irregular en las ventas, en un contexto marcado por la reciente devaluación y el feriado prolongado.
El inesperado aumento del pollo
Mariano Gastiarena, propietario del local Piqui Mau en el Mercado Norte, confirmó que el miércoles pasado se registró un incremento del 4% en el precio del pollo. El comerciante manifestó su sorpresa por el momento en que se produjo el ajuste, ya que esperaba que, de haber un aumento, este ocurriera directamente el lunes inmediatamente después de la devaluación. “No sabemos con certeza si este movimiento respondió a factores cambiarios o simplemente fue una corrección previa al fin de semana largo”, explicó Gastiarena en diálogo con La Voz, quien destacó que todos los proveedores aplicaron el aumento sin ofrecer mayores explicaciones.
Las ventas durante la semana mostraron un comportamiento irregular. Según el comerciante, el jueves fue un día normal en términos de movimiento, mientras que el viernes las ventas fueron particularmente bajas, como ocurre tradicionalmente en Semana Santa. En tanto, el sábado, en cambio, se registró un volumen de ventas similar al de un fin de semana habitual. Gastiarena se mostró cauteloso al proyectar el comportamiento del mercado para los próximos días: “Es difícil anticipar si habrá nuevos ajustes. Todo depende de cuántos pollos haya disponibles en las cámaras de los proveedores y de cómo se comporte la demanda en los próximos días”.
En el local Piqui Mau, el pollo entero se comercializó a $ 3.800 el kilo, mientras que la pata y el muslo se ofreció a $ 3.800 el kilo y la pechuga a $ 8.400. Gastiarena explicó que los precios en este rubro responden a una lógica estricta de oferta y demanda, influenciada por factores como la cantidad de animales disponibles, los ciclos de faena y el movimiento general del mercado. “Cuando hay mucha mercadería acumulada y las ventas son flojas, los precios tienden a bajar. Por el contrario, cuando la demanda repunta y la oferta se ajusta, es probable que los proveedores vuelvan a aumentar los valores”, detalló.
Mayor estabilidad en otros rubros cárnicos
Mientras el pollo experimentaba este ajuste, otros productos cárnicos mantuvieron una mayor estabilidad. Sergio Machuca, dueño del local La Nueva Reina, especializado en carne vacuna, detalló que no hubo variaciones de precios durante toda la semana pasada y que no anticipa movimientos alcistas en el corto plazo. “El mercado se mantuvo estable y no vemos señales que indiquen cambios inmediatos en los valores”, afirmó a La Voz. Esto no fue igual en los supermercados, donde sí hubo aumentos en las cortes vacunos.
Una situación similar se registró en el rubro de carnes alternativas. Hernán Mira, de Mira Hermanos, local dedicado a la comercialización de lechón, cabrito y cordero, quien informó que sus precios se mantuvieron sin cambios. “En este momento, cualquier aumento alejaría aún más a los clientes. Las ventas están lentas y debemos ser muy cuidadosos con los ajustes”, explicó Mira, quien agregó que en su sector tampoco se anticipan modificaciones significativas en los próximos días.
Perspectivas del sector productivo
Javier Rotondo, productor mixto con amplia experiencia en el mercado, ofreció a La Voz un análisis más amplio sobre la situación actual del sector cárnico. Según su visión, la reciente unificación cambiaria podría generar presiones inflacionarias, aunque su impacto concreto dependerá de cómo se distribuyan estos costos a lo largo de la cadena de valor.
“Los incrementos en los costos logísticos, el combustible y los acuerdos salariales en los frigoríficos podrían eventualmente trasladarse a los precios finales”, explicó Rotondo. Sin embargo, el productor destacó que el bajo nivel actual del consumo interno actúa como un factor contrapeso que limita esta posibilidad.
Rotondo llamó la atención sobre un cambio estructural que viene observándose en los últimos años: “Por tercer año consecutivo, la suma del consumo de pollo y de cerdo supera al de carne vacuna. Esto responde a múltiples factores, incluyendo cambios en los hábitos alimenticios, el crecimiento de alternativas como el veganismo y, por supuesto, la pérdida de poder adquisitivo de muchos consumidores”.
Al proyectar el comportamiento del mercado en los próximos meses, Rotondo se mostró particularmente cauteloso. “No anticipo grandes saltos en los precios en el corto plazo. Todo dependerá del balance entre oferta y demanda de hacienda”, señaló. El productor explicó que si la oferta de animales terminados se mantiene ajustada, los precios podrían sostenerse, pero advirtió que una eventual sobreoferta hacia mediados de año podría generar presiones a la baja.
La semana pasada dejó en evidencia las diferentes dinámicas que conviven en el mercado de carnes. Mientras el pollo registró un aumento puntual, otros productos mantuvieron su estabilidad, en un contexto donde los cambios en los patrones de consumo y las variables macroeconómicas generan un escenario complejo para productores y comerciantes.
En las próximas semanas, la evolución de los precios dependerá fundamentalmente de cómo interactúen factores como la disponibilidad de mercadería, el comportamiento del consumo y la capacidad de los distintos actores de la cadena para absorber los eventuales incrementos en los costos.