La salida del cepo cambiario dispuesta por el Gobierno nacional el pasado 14 de abril provocó la suba más importante en lo que va del año en la canasta del supermercado que releva mes a mes La Voz: 4,44% en el mes.
El relevamiento considera un conjunto de 41 alimentos, bebidas, productos de limpieza y artículos de tocador para una familia tipo de clase media compuesta por un matrimonio y dos hijos en edad escolar.
El incremento de dicha compra fue superior al 3,28% de marzo, al 3,13% de febrero, y al 1,94% registrado en enero. De esta manera la suba acumulada en los que va del año es del 13,41%.
De esta manera, la canasta del súper rozó en abril los $ 600 mil ($ 599.798), unos $ 25.500 más que en marzo, y poco más de $ 70 mil que a fines del año pasado.
A mediados de mes, dos días después de que se hiciera efectiva la salida del cepo, con el dólar abriendo en esa semana en torno a los $ 1.250, La Voz realizó un relevamiento parcial y el resultado había arrojado un incremento mayor de la canasta del 5,87%.
Pero con el correr de la segunda quincena, los precios se ajustaron levemente a la baja a medida que el dólar se estabilizó más cerca del piso de la banda de flotación, aunque marcando un incremento igualmente significativo respecto de marzo.
Desde la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac) registraron un incremento promedio en abril de todas las categorías, sin ponderar, del 2,7%, algo mayor al dato de marzo.
Víctor Palpacelli, vicepresidente de la entidad y titular de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), dijo que si bien hubo intentos de ajustes en alguna listas de precios, muchos proveedores retrotrajeron aumentos o aplicaron descuentos.
“No estamos observando factores que justifiquen incrementos significativos. El tipo de cambio se mantiene estable, las paritarias aún no generan presión sobre los costos y ha bajado el combustible”, señaló Palpacelli.
En tanto, Germán Romero, director del Centro de Almaceneros de Córdoba, aseguró que los alimentos aumentaron en torno al 4% en abril, con una muy marcada dispersión de precios.
“El incremento más fuerte se volvió a dar entre las carnes, con un 11%, y los lácteos con el 7%. Pero también aumentaron los aceites y en general todos los farináceas, como la harina y los fideos”, detalló el referente minorista.
Romero celebró que a la suba inicial tras la salida del cepo, los precios no siguieron aumentando. De todas maneras, se mostró preocupado por la suba sostenida de los alimentos, lo que mantiene las ventas estancadas desde hace meses.
Frescos
En rigor, la suba en la canasta del súper podría haber sido mayor en abril sino se hubiera registrado una baja en los precios de las frutas y las verduras, que cerraron el mes 0,7% debajo de marzo.
Entre las verduras, todas se abarataron el mes pasado, con la única excepción del tomate perita que aumentó 23,3%, para que el kilo de venda por arriba delos $ 3.500.
En resto, en cambio, bajaron de precio: la acelga, un -30%; el zapallo anco, -16,9%; la zanahoria, -15,6%; la cebolla, -15,5%; y la papa blanca, -1,8%.
Las abundantes lluvias del verano y el clima todavía templado del otoño están favoreciendo la producción en todo el país, lo que impulsa la oferta con una demanda todavía contenida.
Entre las frutas, la banana bajó de precio (-3,9%), pero la manzana y la naranja subieron, especialmente esta última, que registró un alza del 25,8%.

A diferencia de la denominada “góndola verde”, los lácteos encabezaron las subas de la canasta del súper en abril, mostrando un alza promedio del 12,9%. La leche fluida se encareció un 18,6%, para que el saché de litro se vaya por arriba de los $ 1.600.
En marzo, la mayoría de los súper tenían las leches de primera marca en promoción, con precios por debajo de los $ 1.400. Pero en abril las bonificaciones desaparecieron, los valores se dispararon.
Pero no sólo subió la leche: la manteca de primera marca también aumentó mucho, casi 10%, lo mismo que los quesos, en torno al 5%.
Entre las carnes también se observaron aumentos importante, aunque aparecieron sobre el final del mes algunas ofertas que permitieron moderar los incrementos. En promedio, el alza fue del 3,9%.
La carne molida fue lo que más subió, con un 10% y un precio que ya supera los $ 9.000 por kilo. Las pulpas aumentaron entre el 4% y el 6%, valores ya por arriba de los $ 14 mil.
El asado fue el único corte que mostró una baja, merced a ofertas especiales que los súper lanzaron en la última semana del mes.
El pollo fresco también se disparó en abril, con un ajuste del 11,2% y un precio por kilo por arriba delos $ 3.000.
Procesados
En el rubro “Almacén”, los incrementos de abril fueron generalizados, con algunos superando la media de la canasta. El dato es preocupante toda vez que son los que marcan la inflación desestacionalizada en los alimentos.
El pan francés fue el productos que más subió, con un 12,6% y con un precio al borde de los $ 3.000 por kilo. La yerba también subió mucho, un 9,3%, después de varios meses con su precio relativamente estable.
El café, un alimento que Argentina importa casi en su totalidad, sintió el ajuste en el tipo de cambio tras el fin del cepo, y subió un 7,8%.
Los fideos secos, el azúcar y las galletitas mostraron subas menores, aunque en línea con el promedio de la canasta.
Las bebidas sin alcohol, en cambio, subieron más del 6%, con la gaseosa cola de la marca más reconocida superando los $ 4.000 para su presentación de 2,5 litros en envase no retornable.
Los únicos productos del rubro que bajaron de precios fueron el arroz (-11%) y el aceite (-2,2%), este último con algunas ofertas en los supermercados.
Entre los artículos de limpieza y tocador, los precios mostraron alzas y bajas en abril. Las subas llegaron por el lado de los jabones (para la ropa y de tocador), los champús, los detergentes, los desodorantes y las pastas dentales.
En cambio, bajaron los pañales, las afeitadoras descartables y los papeles higiénicos.
Un hogar con integrantes celíacos gastó 7% más para alimentarse
Las familias que tienen algún integrante con celiaquía en el hogar sueles gastar más en alimentos, debido al sobreprecio que tienen los productos sin Tacc.
Según el último informe del Área de Estadísticas de la Defensoría del Pueblo, estos hogares gastaron en abril casi 7% en alimentos que otros en los que no hay ningún miembro con esta condición.

De hecho, una persona celíaca gasta en alimentación $ 47.438 más por mes que otra que no lo es.
Un ejemplo: elaborar pan sin Tacc tuvo en abril un costo de $ 5.039 por kilo, un 106% más que el precio del pan francés común.