Natalia Toledo y Ana Moreno son arquitecta e ingeniera industrial comenzaron en 2021 con un proyecto experimental, casero y a pequeña escala de elaboración de ecocemento. Hoy las emprendedoras fabrican 30 bolsas por mes y las venden a los artesanos pero sueñan con expandirse y llegar a las 300.
“Ecocemento Construcción Inclusiva” nació con la pretensión de convertirse en cooperativa y gracias al esfuerzo de las cordobesas que a pesar de vivir en distintas localidades aunaron esfuerzos para encarar el emprendimiento.
Toledo es arquitecta y reside en Cruz del Eje, mientras que Moreno es ingeniera industrial y vice en Colonia Tirolesa.
El punto de partida fue cuando ellas participaron en un concurso nacional de la empresa Holcim, de carácter inclusivo y destinado a mujeres interesadas en la construcción.
“Nos seleccionaron entre los seis mejores proyectos de aquel concurso de 2021″, contó Natalia y Ana agregó: “arrancó como una idea experimental, la probamos y seguimos en fase de prueba-error; estamos viendo cómo avanzará, si se podrá insertar en el mercado”.
Las gestoras del emprendimiento afirman que no existe un producto similar en Argentina y que el ecocemento es nuevo para la rama de la construcción. “Tiene un triple impacto: brindar valor agregado, generar fuentes de trabajo y cuidar el medio ambiente”, sumaron.
El producto
El ecocemento se elabora en base al cemento tradicional mezclado con escamas de PET reciclado (material plástico utilizado en envases y botellas), con el agregado de químicos y aditivos.
Entre sus beneficios se puede destacar que es ecológico, liviano, dúctil, ignífugo, sísmicamente resistente, tiene una durabilidad de 100 años (tiempo que tarda el plástico en degradarse) y su costo des más bajo que el cemento tradicional (casi 40%).
El producto se presenta en una bolsa con formato de 50 kilos, aunque pesa 10 kilos menos por tratarse el ecocemento de un material más liviano, y cada bolsa cuesta $ 1.850.
El material se utiliza en la construcción mixta y para la fabricación de ecoadoquines, ecoladrillos, losetas, ecoblocks, cargas de techo, ecomacetas, carpetas de nivelación y ecobancos para plazas.
Para la fabricación usan máquinas prestadas: una molienda para triturar los plásticos (los consiguen en el vertedero de Cruz del Eje, donados por la empresa Imacor), mezcladora y embolsadora manual.
Proyectos a futuro
Las cordobesas admiten que necesitan conseguir inversores para tener más producción ya que tienen el objetivo de llegar a las 300 bolsas de ecocemento por mes, para lo cual necesitan incorporar recursos humanos.
“La intención es vender el producto en corralones, ferreterías, a otros clientes y ampliar el mercado, incluso para la construcción de viviendas ecosustentables”, señalaron Toledo y Moreno.
También planean lograr convenios con municipios y comunas para promocionar el producto, y fomentar cooperativas de mujeres interesadas en producir el ecocemento. Para lograrlo, ellas mismas brindarían capacitación sobre el procedimiento de fabricación.
“Otro anhelo que tenemos es insertarnos más formalmente en el tema de la economía circular”, confesaron después.
Los pasos futuros serán intentar que el producto cumpla los requerimientos y las normas estipulados por las instituciones correspondientes. También hay intenciones de patentarlo.
Premios
El emprendimiento obtuvo el segundo puesto en el Concurso Ideas Emprendedoras 2023 organizado por el Ministerio de Industria, Comercio y Minería de Córdoba. Esto le valió un premio de 440 mil pesos que ayudará a sus mentoras a impulsar la iniciativa.
Ecocemento Construcción Inclusiva también resultó seleccionado como proyecto en la Primera Cohorte de Incubacor sede noroeste de Córdoba.
Esto implica que sus responsables reciben capacitaciones y mentorías durante seis a ocho meses, a través de la incubadora de empresas Incubacor, dependiente de la Secretaría de Comercio y Pyme provincial. Participan en talleres de forma semanal, asistidos por mentores, con la finalidad de que puedan concretar su idea de negocio.
