El precio de los medicamentos registró en agosto pasado una leve aceleración, acompañando la suba registrada en otros rubros de la economía, como por ejemplo la de los productos que integran la canasta básica de alimentos.
El promedio de incremento mensual de los remedios fue del 2%, en relación a julio. Si bien esta cifra es la más alta de los últimos tres meses, el sondeo que realiza La Voz advirtió que los aumentos registrados en el rubro farmacéutico están acompañando la evolución de la inflación, que para agosto se ubicará entre el 1,8% y el 2%.
En lo que va del año (enero-agosto), los precios de los medicamentos aumentaron un 13,5% en las farmacias y registraron un 21,17% de suba interanual, si se tienen en cuenta los 60 productos más vendidos en las farmacias.
Por su parte, el Observatorio de Precios que realiza el Colegio de Farmacéuticos de Córdoba (Colfacor) detectó en agosto una suba algo menor, del 1,72% mensual. Este relevamiento se realiza sobre la base de los 19.483 productos que se consiguen en el mostrador de cualquier farmacia.
Sobre ese total, 12.400 medicamentos aumentaron un 2,7%, en relación al mes anterior.
Un techo en el poder adquisitivo
El aumento del dólar y la intervención del Gobierno nacional en el mercado de cambios habían generado expectativas en el sector sobre lo que podría llegar a pasar con el precio de los medicamentos, cuyo mercado se encuentra desregulado.
Sin embargo, tanto el sondeo del Colegio de Farmacéuticos como el relevamiento de este diario indican que el rubro viene acompañando el ritmo inflacionario general.
Rubén Torres, especialista en gestión de salud y titular del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud, explicó a La Voz que la tendencia al “amesetamiento” en el precios de los medicamentos viene acompañada de una disminución en el número de unidades vendidas.
“Una cosa va de la mano de la otra”, señaló Torres, quien además fue director de la Superintendencia de Seguros de la Salud. “La facturación de los laboratorios creció interanualmente, pero el volumen de ventas cayó entre un 7 y un 8% en ese período de tiempo”, señaló el especialista.
La caída en las unidades vendidas en el rubro farmacéutico puede explicar la desaceleración observada en el aumento de los precios”, explicó Torres. Vale decir: los precios de los remedios no aumentan más porque cada vez se venden menos.
“La situación económica afecta no sólo a las clases bajas, sino también a la clase media. A pesar de los descuentos que puedan tener en los medicamentos, de acuerdo con sus coberturas de obra social, hoy le está costando mucho a la gente afrontar los aumentos de precios en las farmacias”, indicó.
Torres también advirtió que esta dificultad en el acceso se agudiza entre los adultos mayores, debido a la “polimedicación” de esta población, ya que muchos toman más de dos remedios todos los días.
El especialista indicó que el control de precios lo está imponiendo el mercado, en función del poder adquisitivo de la población: a la mayoría de la gente, sobre todo los mayores, no les alcanza el dinero para comprar todos los tratamientos que necesitan.
En este sentido, indicó que ante el aumento de precios la demanda disminuye, pese a los esfuerzos que pueda realizar la población para adquirir los medicamentos que necesita comprar. En la práctica, las personas no están pudiendo cumplir con los tratamientos indicados, porque no pueden comprarlos, indicó el especialista.
“Si ha disminuido el número de unidades vendidas, la gente evidentemente está comprando dos de los tres medicamentos que el médico le indica”, ejemplificó.
Producción de genéricos
“La salud de la población no puede quedar sujeta a los vaivenes del mercado y el Estado debe tener presencia con políticas públicas activas en este rubro”, sostuvo Torres.
Para afrontar esta situación, el especialista propuso revisar la política prescriptiva: “Sería importante analizar si realmente todo aquello que se prescribe es absolutamente imprescindible”, dijo.
Un ejemplo: hoy está de moda comprar comprimidos para ingerir vitamina C, cuando nuestro país es un gran productor de naranjas. “Este no es un rubro que pueda controlarse con leyes de mercado. Si la gente no compra lo que necesita porque no tiene plata, ésta no es la mejor manera de controlarlo”, ejemplificó.
Las soluciones sugeridas no son nuevas: aumentar la prescripción de medicamentos por su nombre genérico, poner precios de referencia para cada remedio (hoy hay grandes diferencias entre una marca y la otra), y que la prescripción responda a guías y protocolos internacionales.
El especialista aconsejó además aumentar la capacitación de la población en el uso racional de los medicamentos. También, incrementar la producción del mercado de medicamentos genéricos.
En los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), el promedio de prescripción de genéricos ronda entre el 60% y el 70%. En América Latina, este porcentaje es más bajo y se ubica entre el 20% y el 30% del total.
“En Argentina nos hace falta un mercado de medicamentos genéricos. Nuestra industria está preparada para llevar adelante esa producción”, finalizó el especialista.